“En Tenerife no se actuó con rapidez, la Isla está cerrada para entrar y salir”
Edición Impresa | 21 de Marzo de 2020 | 01:35

Jorge Surache, platense de la zona del Parque San Martín y Mirta Natale, berissense, hace muchos años que encontraron “su lugar en el mundo” en Santa Cruz de Tenerife, una de las grandes islas Canarias. Un paraíso con vista a un océano.
“No se actuó con rapidez -dice Jorge, abrumado, desde el ventanal de su casa que permite ver a lo lejos la silueta de algunos cruceros detenidos en el puerto-. Porque todo está cerrado, nadie puede desembarcar en las islas. Nadie llega ni por aire, ni por mar. Es zona de guerra”.
“Todo está en silencio, es un cementerio. No anda nadie por la calle, parece una película de terror. Nosotros hace una semana que no salimos de casa, la relación con nuestros vecinos es nula o desde lejos. Para colmo la lluvia, cosa que no ocurre siempre, hace más tétrico el panorama. Esto no es joda”, se apura a contar.
A las dificultades directas por la situación sanitaria se le suma otra: la económica. Jorge y Mirta son trabajadores autónomos que, como se sabe, sino salen a trabajar no cuentan con ningún otro ingreso. Por estas horas han recibido, sin embargo, una noticia que alivia: el gobierno ha suspendido el pago de todo impuesto a los autónomos y las empresas de servicios se han comprometido a no producir cortes en ningún caso, sobre todo por falta de pago. El compromiso incluye internet.
“No es nuestro caso pero aquel que tiene empleados en algún momento empezará a despedirlos”, relata. Para Mirta el panorama no es mejor. Desde hace años trabaja en una empresa de productos cosméticos de venta personalizada. Todo dicho entonces.
Por momentos Tenerife parece una zona de guerra. “Cada tanto pasan móviles de la Guardia Civil con parlantes que le indican a la gente que está en la calle que se vayan ya mismo para sus casas”. El transporte está muy restringido y también está prohibido andar en auto con más de una persona. La restricción hace que algunos tomen caminos curiosos, como por ejemplo pedirle prestado el perro al vecino. “Pero ojo que los perros están escaneados y la Policía puede descubrir la trampa”, advierte.
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