“Si tomamos conciencia ahora, podemos llegar a minimizarlo cuanto antes”

Se fue a Italia a principio de año a jugar al futsal. Pese a esto, la pandemia la obligó a un regreso forzado, el cual aprovecha para concientizar

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Por FERNANDO ALEGRE

falegre@eldia.com

Natasha Serqueira dejó Gimnasia los primeros días de enero para concretar un sueño que se presentó de manera fugaz y ciertamente sorpresiva: vivir del futsal.

Así, la platense de 29 años, recibida del Profesorado en Educación Física y con un Posgrado en Rehabilitación, se despidió raudamente de sus seres más cercanos, de su trabajo y de su Club, y de la noche a la mañana partió rumbo a Italia para sumarse a las filas del Citta de Capena, institución que milita en la Serie A2 de aquel país.

Apenas diez días después de su arribo, llegó el ansiado debut. Frente a Decima Sport, Natasha se lució en su nuevo equipo y coronó el estreno con dos de los nueve goles que gritó el Capena para el contundente 9 a 1.

Sin embargo, y pese a que logró asentarse de gran manera, el avance del Coronavirus aplazó su sueño y poco a poco transformó sus días en una pesadilla que actualmente pudo dejar atrás.

Ya recluida en su casa, y cumpliendo con la cuarentena obligatoria que había comenzado como preventiva tras su regreso, accedió a dialogar con este matutino para repasar sus días en el Viejo Continente y dejar sensaciones de algunos momentos que se hicieron eternos.

“Para un deportista que está en el extranjero, sin su familia, con una pandemia que avanza así, es desesperante”

Natasha Serqueira

 

- ¿Cómo fue el primer momento en Italia?

- Yo estaba viviendo en Fiano, a 40 minutos de Roma capital. Cuando nos enteramos del virus, la mayoría de los casos eran en Lombardia, en el norte de Italia. Fue creciendo el número de contagios cada vez más y de a poco se fueron suspendiendo fechas, sobre todo las que implicaban un equipo del norte, ya que los estadios comenzaron a cerrar. O sea, era algo simplemente del norte, pero con los días se empezó a desparramar muy rápido y ya no fue solo de ahí. Mi zona nunca fue una zona de riesgo, ya que no había casos cercanos ni en la localidad. Pero antes de venirme, Roma ya estaba declarada zona roja, con muchos números de infectados. Y fue en esos días que todo comenzó a cortarse súbitamente hasta declarar la cuarentena total, donde solamente farmacias y supermercados estaban abiertos.

- ¿Qué fue lo que te dijeron en el Club y qué medidas tomaron?

- Primero se suspendió una fecha. Luego la siguiente. Y hasta se dijo que el torneo estaba en dudas de seguir. Cuando nos confirmaron el corte hasta el 3 de abril, nos dijeron que probablemente nos mandaran a todas a nuestras casas. Había brasileras, húngaras y argentinas en el equipo. Siempre el club nos decía que tomemos las medidas de seguridad e higiene que estaban a nuestro alcance.

- ¿Cómo fueron los primeros días?

- Los días se hacían interminables porque cada vez había menos cosas para hacer. La verdad que para un deportista que está en el extranjero, lejos de los seres queridos, con una pandemia que avanza tan veloz como esta, es desesperante y angustiante. Te querés volver en ese mismísimo momento. De hecho, tuve algo de miedo de no poder hacerlo si cerraban las fronteras antes de tiempo.

- ¿Cómo fue el tema para tramitar la vuelta?

- Los directivos del club hablaron con nosotras unas horas antes que se decretara la cuarentena total y nos dijeron que nos iban a mandar a casa en el avión que primero saliera. Y así fue, al otro día a la noche salimos la mayoría. Llegué y me puse en cuarentena obligatoria, ya que venía de un país de riesgo. No vi a mí familia todavía, solo a mí novia, que me fue a buscar al aeropuerto y está en cuarentena conmigo. Por suerte estamos sin síntomas y esperamos llegar a los 14 días así.

- ¿Qué notaste cuando llegaste al país y qué notás con respecto a la gente en comparación a lo que fue el primer momento de Italia? ¿Ves responsabilidad o cierta subestimación?

- Llegué y ya todo era monotemático. Pero la gente todavía no toma conciencia. Creemos que nunca va a llegar o que no nos va a tocar. En Italia pasó lo mismo, las medidas de seguridad no fueron adecuadas. Se dejaron estar, pienso yo. Creyeron que reduciendo las actividades iba a pasar todo, pero no. La gente comenzó a tener tiempo libre y a salir más de sus casas. Si tenían el club cerrado, iban al gimnasio. Como no trabajaban, salían a pasear, y así... Lo mismo que pasaba acá. Esperemos no tener las mismas consecuencias. Creo que, viendo y comparando el número de contagios que había en Italia cuando tomaron las medidas, con el que hay en Argentina ahora, si tomamos conciencia, podemos llegar a minimizarlo.

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