Las farmacias, en la mira de los delincuentes

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Una de las derivaciones no deseadas de la cuarentena tiene que ver con la crítica situación de inseguridad que atraviesan las farmacias de La Plata, a raíz de los robos que vienen sufriendo. Ello a partir, entre otras razones, de que la mayoría de los comercios de otros rubros se encuentra cerrada al público. De modo que las farmacias, en estas jornadas, se han convertido en blanco predilecto de los delincuentes.

Tal situación acaba de ser denunciada por el Colegio de Farmacéuticos platenses, luego de la reunión que sus directivos mantuvieron con funcionarios del ministerio de Seguridad para tratar esa cuestión. La entidad reclamó en forma prioritaria que se refuerce la presencia policial en torno a las farmacias y en los horarios de atención de esos negocios.

Representantes del Colegio señalaron que el sector ya venía advirtiendo sobre esta situación desde los primeros días de la cuarentena y que “la gota que rebalsó el vaso”, fue el asalto perpetrado el domingo pasado a una farmacia céntrica, en la que la propietaria del local, embarazada de ocho meses, empleados y un cliente fueron sorprendidos por un asaltante armado que los redujo, se apoderó de la recaudación de la farmacia y de diversas pertenencias del cliente para luego escaparse. El delincuente permanece prófugo.

Tomando en cuenta las características de ese robo –que fueron, ciertamente, dramáticas y que sólo por fortuna no concluyeron en una tragedia- la presidenta del Colegio aludió a la gran preocupación que origina en estos días la apertura y funcionamiento, sin ninguna clase de vigilancia policial, de las 300 farmacias con que cuenta nuestra ciudad.

Bien se conoce que la actividad delictiva cambia frecuentemente de modalidades y de blancos predilectos. En algunas épocas ataca a hospitales o a escuelas, a clubes o a casas particulares, a taxistas o transportes de carga o pasajeros. De los robos de pasacasetes muta a los asaltos a camiones en las rutas y así sucesivamente, en oleadas que la Policía conoce perfectamente, de modo que debiera, en muchos de estos casos, anticiparse a ellas. En esta época resulta obvio señalar que las farmacias –por ser casi los únicos negocios abiertos en esta época de veda comercial- iban a estar en el centro de mira de los delincuentes.

El Colegio detalló que en la reunión sostenida con autoridades, quedó como prioritaria la idea de diagramar –entre el ministerio de Seguridad y la jefatura de la Departamental platense- una operatoria de patrullaje que brinde más tranquilidad a quienes trabajan en las farmacias.

De todos modos, cabe insistir en lo que muchos especialistas reclaman desde hace mucho tiempo: en primer lugar, en contar con una policía de cercanía, conocedora de cada barrio, capaz de realizar trabajos de inteligencia menor y de ir identificando los sectores más conflictivos, de modo de desplegar en cada zona una intensa tarea de prevención. Ese cuerpo de cercanía debiera verse complementado, para los delitos mayores, con estructuras mayores, como la policía judicial, capacitadas para investigar y esclarecer los delitos graves.

Está claro que la Policía no debería ir a la zaga de la actividad delictiva , ya que su tarea integral no se reduce sólo a ocuparse de los hechos consumados, sino también a la de prevenirlos y evitar así que muchos delitos se produzcan. Para esto hace falta mayor presencia y vigilancia en las calles, como están pidiendo ahora los farmacéuticos platenses.

 

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