Internet y la educación
Edición Impresa | 11 de Abril de 2020 | 04:15

Luciano Sanguinetti
lpsanguinetti@gmail.com
En un reciente artículo publicado por Ana Bizberge, del Observatorio Latinoamericano de regulación de Medios y Convergencia, se llama la atención sobre el efecto de la pandemia en el ámbito de las telecomunicaciones y de qué manera diferentes países han enfrentado el problema del aislamiento social. Especialmente por sus efectos en el homework y en la educación digital.
Lo primero que se observa es cómo, desde marzo en casi todo el mundo sube el tráfico en Internet. Casi un 40 por ciento en España o Italia y un promedio del 25 por ciento en América Latina. Podemos deducir que la pandemia incrementó el consumo digital de la población, incorporando a millones de personas a distintos tipos de redes, de aplicaciones y practicas digitales, desde las video llamadas, los seminarios online, las plataformas educativas o la más extensa digitalización bancaria.
Otro dato interesante es la información que aporta la CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina, desde su Observatorio del Ecosistema Digital, sobre la situación del sector telecomunicaciones en la región. El 54,42 por ciento de la población accede a Internet de modo regular (el promedio en los países de la OCDE es de 77,27 por ciento). La telefonía móvil alcanza una penetración de 109,78 por ciento, el 57 por ciento tienen banda ancha móvil, el 53 por ciento tiene servicio de TV por suscripción y el 40 por ciento banda ancha fija. Si cruzamos esta información del mapa digital, por ejemplo en Argentina, con los datos sobre pobreza e indigencia del Observatorio de la Deuda Social o del INDEC (38 por ciento de la población con problemas económicos, 50 por ciento de niños menores de 15 años pobres, falta de acceso a la vivienda y hacinamiento), vamos a concluir que los sectores populares son los que, obviamente, están en peores condiciones tanto como para trabajar desde la casa como para que sus hijos puedan recibir educación.
Cuando hablamos con docentes nos dicen que el sistema funciona más allá del aislamiento social. Todos los docentes han conformado con los equipos directivos de las escuelas grupos de wasap, hay cadenas de mails y páginas de redes sociales en funcionamiento. El sistema de distribución de comida para escuelas que tenían SAE (Servicio Alimentario Escolar) también. Los bolsones de comida se reparten ahora por familia y el anuncio del gobernador de triplicar el monto de asignación por cupo garantiza la cuestión de costos. Están llegando los manuales, producidos por Nación y Provincia. ¿Qué falta? Mejorar el acceso a Internet. Bajar los costos para los sectores de menores ingresos. La mayoría de los alumnos, como dice el informe de la CAF, tiene celular. Y es por ese medio como se mantiene en contacto con la escuela y los docentes. La UNLP logró con acuerdos con las empresas que liberen los datos para sitios edu.ar y unlp.edu.ar y no tengan costos. Uruguay garantiza una conexión gratuita a Internet domiciliaria para los que reciban planes sociales. La comunicación es clave en la lucha contra el Covid-19. La educación también.
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