Una esperanza platense en la lucha contra el coronavirus

Nacido en La Plata y egresado de la UNLP, el doctor Daniel Katzman trabaja en el desarrollo de una cura que, en laboratorio, demuestra efectividad ante el COVID-19

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Daniel Katzman tiene 49 años y un largo recorrido desde que se graduó como bioquímico en la UNLP en el año 1995, tras haber terminado la primaria en el Normal 3 de 8 y 58, la secundaria en el Nacional y de haber frecuentado con periodicidad los tablones del estadio de Gimnasia, el club del que es hincha desde siempre. Luego de recibirse viajó a Israel -donde se desempeñó en el Oridion Medical de Jerusalén, actuando como vicepresidente- y luego a Boston, Estados Unidos, donde hasta llegó a fundar una empresa de ciencia dedicada al estudio de los virus oncolíticos, la “Unleash Immuno Oncolytics”, actualmente radicada en Saint Louis, Missouri. Pero este científico platense no es hoy noticia por ninguno de estos hechos, sino porque está trabajando en un medicamento que podría ponerle freno al coronavirus a nivel mundial, y al que le tiene mucha fe, al menos de acuerdo a las pruebas que ya se llevan desarrolladas en laboratorio.

“Utilizamos un virus avícola atenuado que provoca una gran respuesta del sistema inmune”

Daniel Katzman
Bioquímico platense

 

Se trata de un tratamiento a través de virus atenuados al que llama “superinfección viral”, que actualmente se encuentra en fase de desarrollo clínico.

Alternando entre Estados Unidos y Argentina -actualmente está radicado en Escobar, donde vive junto a su esposa y su hija de 6 años pero viajando periódicamente a Estados Unidos, donde permanece una semana al mes, (así lo hacía al menos hasta antes de que se suspendieran los vuelos)- Katzman trabaja febrilmente en este medicamento que, de lograr el éxito esperado, podría cambiar el curso de la pandemia en todo el mundo.

“Junto a un consorcio internacional formado por un grupo de científicos de Estados Unidos, Alemania, Israel y Argentina -cuenta a EL DIA- estábamos trabajando en un antiviral que fue probado exitosamente en 100 pacientes contra la hepatitis, antes que comenzara lo del coronavirus, pero que podría funcionar perfectamente contra él”.

“Utilizamos un virus avícola atenuado llamado Busitis -agrega el bioquímico platense- que provoca una gran respuesta del sistema inmune a través del Interferón 1”.

Cabe destacar que los interferones son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células como respuesta a la presencia de diversos patógenos tales como virus, bacterias o parásitos, que generan una activación en las defensas antivirales en las células cercanas.

Con una experiencia de 20 años trabajando en biotecnología y desarrollo de fármacos, Katzman es muy optimista respecto a este tratamiento contra el COVID-19, y ya lo ha puesto a disposición del gobierno argentino por medio de las autoridades del Ministerio de Salud.

“Estamos trabajando para aportar una solución que ponga fin a la pandemia -señala- y sería un gran orgullo que Argentina logre resultados positivos. Por el momento la investigación se está haciendo en los cuatro países -los citados Estados Unidos, Alemania, Israel y Argentina- pero en forma independiente. Aquí estamos en conversaciones con la ANMAT sobre los ensayos clínicos, que van a demandar varios meses. Todavía no podemos hablar de fechas, ya que faltan definir algunas cuestiones, como el hospital en el que se van a desarrollar, pero tenemos determinado que se testeará con 24 pacientes infectados con sintomatología leve”.

GOTAS DE ESPERANZA

Como quedó dicho, el tratamiento “por superinfección” que está siendo desarrollado por este científico platense ya fue probado en seres humanos para hepatitis B y C, con resultados positivos, y en pruebas de laboratorio se ha demostrado con éxito su actividad contra el SARS-CoV-2, demostrando además que tiene una muy buena relación “riesgo-beneficio”.

“Hasta el momento -describe Katzman- la investigación está demostrando el punto de mayor avance registrado contra el coronavirus, y es el medicamento de todos los probados hasta ahora, que son innumerables, que tiene la mejor relación riesgo-beneficio, ya que según lo actuado, es el que tiene más chance de tener éxito y el que menos contraindicaciones tiene frente a los otros caminos que se han tomado, por no decir ninguna, ya que no le hemos encontrado contraindicaciones significativas ni importantes, ni efectos secundarios en toda la etapa de pruebas, y eso es central para la solución definitiva y para los pacientes”.

“En líneas generales -explica- es un antiviral de amplio espectro, que actúa induciendo al organismo a la producción endógena de interferón tipo I, el cual es efectivo para disminuir la carga viral, y cuya aplicación hasta sería efectiva en pacientes severos”.

“A diferencia de una vacuna -grafica- donde se utilizan virus de la misma enfermedad, en este caso se usan otros, los de Busitis, que es una enfermedad que no es transmisible a los humanos”.

De concluir positivamente los ensayos, el tratamiento se aplicaría por vía oral, en gotas, y consistiría en una ingesta diaria durante 14 días.

“Normalmente -explica a EL DIA el doctor Katzman- un desarrollo de este tipo lleva mucho tiempo. Pero en este contexto, donde científicos de todo el mundo estamos corriendo una carrera para poder detener esta pandemia, los tiempos se acortan, y creo que si los ensayos avanzan positivamente como esperamos, el tratamiento podría estar disponible en pocos meses. Mientras tanto, también es posible avanzar en el uso compasivo del medicamento, un procedimiento restringido a casos excepcionales, pero cada vez más utilizado para el abordaje de determinadas enfermedades para las que no hay un tratamiento alternativo eficaz, tal el caso del COVID-19 hasta el momento”.

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