Adiós a Marcos Mundstock: el ingeniero de las palabras y del buen humor
Edición Impresa | 23 de Abril de 2020 | 05:35

Más de medio siglo haciendo reír: pocas cosas tan nobles como el arte del humorismo, un oficio del que Marcos Mundstock, que murió ayer a los 77 años, se volvió maestro, gracias a un ingenio sin igual para dominar a su antojo el lenguaje castellano y transformarlo en humor en sus clásicos discursos introductorios de los números de Les Luthiers, desde los que, con su gruesa voz de locutor, una solemnidad en el decir que provocaba risas al contrastar con lo desopilante de sus narraciones, y sutiles gestos que remarcaban como obvias algunas ridículas afirmaciones, dotó al grupo de algunas de las principales características que lo definió a nivel artístico.
Mundstock (Santa Fe, Argentina, 1942) alcanzó la fama internacional gracias a Les Luthiers, que nació en 1967 y que subió así a escenarios de todo el globo, llegando incluso a recibir en 2017 el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Mundstock fue uno de sus fundadores, junto a Jorge Maronna, Daniel Rabinovich y Gerardo Masana, mientras que Carlos López Puccio ingresaría al grupo en 1971.
Pero Mundstock no fue solo fundador de Les Luthiers, también uno de sus dos puntales durante gran parte de su historia: Rabinovich era el “tiro al aire” que siempre entendía lo que quería en sus inolvidables diálogos con la grave e inconfundible voz de Mundstock, entablando ese exquisito juego emblemático del grupo cómico-musical, que se divertía entre el humor sofisticado y los chistes pavotes, infantiles. Mundstock y Rabinovich eran “el arco y el violín”, como alguna vez se dijo de Stan Laurel y Oliver Hardy. Ante la gravedad impostada de un Mundstock chistoso y solemne, la picardía impagable de Rabinovich dibujaba el costado juguetón de una agrupación irrepetible que había hecho del rigor y el buen gusto su símbolo y contenido. Mundstock era la voz, Rabinovich el ademán. Ninguno de los dos está ya entre nosotros.
Mundstock se destacaba por leer las introducciones de la mayor parte de los espectáculos de Les Luthiers, con su profunda voz de bajo y su estilo particular con el que explicaba una historia humorística de una manera seria.
Aunque gracias a sus aportes creativos y al rol protagónico que tenía como narrador de los espectáculos, Mundstock se convirtió rápidamente en uno de los más populares y queridos miembros del grupo, aunque era el único de la agrupación que no tenía una formación musical. Pero se dio maña: en los inicios de Les Luthiers, tocaba el gom-horn, uno de los instrumentos que los propios miembros de la banda argentina inventaron. Se trataba de una parodia de la trompeta y se construía con una manguera de jardín y un embudo, y aparecía en obras como “El alegre cazador” y “Los noticiarios cinematográficos”. También se encargaba de tocar varios instrumentos de percusión.
VIDA Y OBRA
Mundstock, quien desarrolló durante su vida una actividad como locutor y redactor publicitario, provenía de una familia judía del este de Europa, de la región de Galitzia, situada entre los actuales territorios de Ucrania y Polonia, de donde emigró su padre hacia Argentina. En su juventud, estudió locución y estuvo tres años en la carrera de Ingeniería, que abandonó, pero fue precisamente en el coro de Ingeniería de la universidad donde conoció a Masana y los futuros integrantes de Les Luthiers, para quienes creó, junto a él, al ficticio compositor Johann Sebastian Mastropiero, personaje al que el grupo atribuye muchos de sus números.
Algunos de los espectáculos cómicos más conocidos de Les Luthiers alrededor del mundo y de los que Mundstock fue uno de los artífices son “Mal puntuado”, “Perdónala”, “Poemas de Gémini” y “Visita a la Universidad de Wildstone”.
Mundstock, que participó en varias películas (la última, “El cuento de las comadrejas”, de Juan José Campanella; también dio voz a personajes animados en “Metegol” y “Ratatouille”) fue además el encargado de dar el discurso para agradecer el Premio Princesa de Asturias de Humanidades y Comunicación, que se le otorgó a Les Luthiers en 2017. “El humorismo mejora la vida y permite contemplar las cosas de una manera distinta, lúdica pero sobre todo lúcida, a la cual no llegan otros mecanismos de la razón”, afirmó en aquella ocasión el tercer miembro originario de Les Luthiers que fallece, después de Gerardo Masana, quien murió de leucemia en 1973, y Rabinovich, quien pereció en 2015.
Dos años más tarde, Carlos Núñez Cortés decidió abandonar la formación, tras los festejos por medio siglo de actividad, y en 2019 fue Mundstock quien se bajó de las giras por Argentina y Europa de Les Luthiers, luego de que a principio de año le diagnosticaran la enfermedad con la que combatió hasta ayer. A principios de este año, Les Luthiers comunicó que Mundstock tampoco sería parte del 2020 del conjunto, y ayer su historia tuvo su triste desenlace, confirmado por sus compañeros, quienes afirmaron que “nos quedarán tantas cosas de Marcos, que aún en medio de la tristeza y el dolor que estamos viviendo, no podemos dejar de agradecer a la vida, y de sentirnos privilegiados de haber recorrido con él todo este tramo del camino. Nos quedará el recuerdo de sus chistes cotidianos, rápidos y asombrosamente ingeniosos, listos para brindarnos una chispa de alegría en todo momento, en las buenas y en las malas”.
Mundstock era la voz, Rabinovich el ademán. Ninguno de los dos está ya entre nosotros
“El humorismo mejora la vida y permite contemplar las cosas de una manera distinta”
Algunas frases
“Los televidentes que llamen por teléfono y acierten el nombre del tema serán acreedores a jugosos premios: un kilo de naranjas, una docena de limones...”
“Ramírez, estoy hablando solo. Estoy haciendo un monólogo cuando esto debería ser un bi-ólogo”
“Errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía”
“¿Que cómo sería el texto de mi epitafio? Marcos no está, todavía lo estamos esperando”
“La pereza es la madre de todos los vicios, y como madre hay que respetarla”
Opiniones
“Nos quedará el recuerdo de su voz, única e inconfundible. Y de su presencia, que cautivaba al público antes de decir una sola palabra” - Les Luthiers
“Ustedes pensarán, como yo, que Mundstock es uno de los grandes artistas de nuestra historia. Quiero decirles que era mejor persona aún” - Juan José Campanella
“Lloran Johan Sebastian Mastropiero, el malvado Rick, y tantos otros. ¡Cuántas añoralgias! Solo queda decirles ‘una palabra’: mil gracias” - Rafael Correa
“Dicen que vamos a salir mejor después de esta pandemia. Lo que tengo para decir, por ahora, es que varios de los mejores se están muriendo” - Malena Guinzburg
“Hay gente insuperable. Gente que hace lo que hace a la perfección. Gente brillante. Gente única. Así era Marcos Mundstock. Un genio del humor” - Santiago Segura
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