Quiso recuperar la bicicleta que le robaron y casi la matan
Edición Impresa | 30 de Abril de 2020 | 02:20

Una joven de 26 años fue atacada ayer a puñaladas en Arturo Seguí, cuando reclamó la devolución de la bicicleta que usaba para trabajar y le habrían robado vecinos con los que se cruza “todo el tiempo”, dijeron sus allegados. “Le pasaban por adelante de la casa con su bicicleta, hasta que se hartó”, amplió un vecino.
Los acusados de asaltar y lesionar a la joven fueron también denunciados por atacar la casa de las víctimas y a los patrulleros que acudieron a la denuncia, contaron los familiares y también policías que estuvieron en la escena.
El gravísimo incidente sucedió ayer al mediodía en 154 entre 414 y 414 bis, donde viven María (26) y su pareja, quienes en estos días de aislamiento obligatorio se ganaban la vida preparando comida para llevarla a domicilio en bicicleta. De eso se encargaba la chica, hasta que el lunes pasado ladrones le quitaron su herramienta de trabajo en su propio barrio.
“Iba a dejar una vianda en la zona de 157 y 415, cuando un delincuente le sacó la bicicleta y escapó”, relató a este diario José Ayala (56), padre de María, lamentando que, además, el ladrón y su familia “nos viven amenazando”.
Según la Policía, la joven se cruzó ayer a una vecina con su bicicleta, por lo que la increpó para que se la devolviera. La otra aparentemente se fue, pero regresó a los pocos minutos y se enfrentaron a golpes. Se retiró de nuevo. Y cuando volvió por segunda vez ya lo hizo con varios parientes armados con machetes, cuchillos y palos, dijeron los voceros. “Una familiar del ladrón apuñaló a mi hija en un brazo con un cuchillo”, apuntó José, cuando en el lugar ya había policías de la comisaría de Villa Elisa. El hombre aseguró que los familiares de la víctima tuvieron que “pedirles (a los oficiales) que le quitaran el cuchillo a la agresora”, mientras que la versión oficial da cuenta de que un efectivo “quiso interceder (en la disputa), pero una mujer se adelantó y lesionó a la otra con un corte en el brazo izquierdo”, hasta que el agente “le quitó el arma blanca justo cuando intentaba agredirla de nuevo”.
Distintos testigos coincidieron en decir que la atacante aprovechó el revuelo para escapar corriendo, mientras se recalentaban los ánimos y los policías presentes pedían refuerzos. “Eran como 20 personas entre hombres y mujeres”, dijo José, sin pasar por alto que “al rato llegaron más patrulleros con policías, aunque no intervinieron, se quedaron mirando desde la esquina”.
Los voceros oficiales refirieron que los atacantes le emprendieron a patadas y pedradas contra el primer móvil y que escaparon una vez que llegaron los refuerzos.
Lo concreto es que María tuvo que ser asistida por el corte que sufrió en su brazo. Su papá se encargó de llevarla en el auto particular hasta el hospital San Roque de Gonnet, donde le dieron tres puntos de sutura.
Eso no fue todo. Los agresores “cascotearon el frente de la casa y causaron muchos daños en el interior”, dijo Soledad Ayala (30), la hermana de María, detallando que “rompieron la cocina, la heladera, le tiraron toda la comida que habían preparado para las viandas, rompieron puertas, vidrios y varias cosas más” y hasta habrían amenazado con quemarla apenas puedan. “Una locura”, sintetizó la joven en diálogo con este diario.
Según Soledad, el ladrón que le quitó la bicicleta a su hermana le lanzó, irónico, que “si quería recuperarla fuera a denunciarlo”, por lo que se habría enfurecido al enterarse de que justamente eso había hecho la víctima.
No sólo la familia Ayala se queja de sus vecinos en ese sector de Arturo Seguí. Otros frentistas contaron que los sindicados atacantes tienen larguísimos prontuarios a fuerza de tenerlos en jaque con “robos y amenazas”.
A los acusados los conocen como los “tumberos, tumberas y tumberitos”, según el sexo y las edades de sus integrantes, apuntó alguien, mientras otros sumaron el apodo de “macumbero”, en alusión al presunto líder de la familia.
“El que le robó la ‘bici’ a mi hermana tiene pedido de captura porque participó del robo en un supermercado chino, hacia fines del año pasado, en 415 entre 155 y 156”, informó Soledad.
José reveló que luego del asalto a su hija comenzaron hostigarla, “a ella y a nosotros”, aclaró, razón por la cual pidió protección policial. “Pero nos cansamos de llamar a la comisaría y nos mandaron un patrullero después de que apuñalaron a María”.
Tras el incidente de ayer, y ya en la seccional para denunciarlo, los familiares de la víctima les reprocharon a los agentes esa falta de respuesta. “Nos pedían calma y a mí que me pusiera el barbijo”, lamentó Soledad.
En otro tramo de la charla con EL DIA José insistió en reclamar vigilancia policial en sus domicilios, frente a la promesa de los acusados de “rompernos e incendiar nuestras casas, sobre todo en la que vive mi hija de 26 años y la que habito con mi señora”, cerró.
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