La clínica del doctor Cureta

Edición Impresa

Por IRENE BIANCHI

irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI

- ¿Todas conectadas? ¿Cómo va, amigas? ¿Todavía en pie?

- Yo, harta de estar harta. Esta cuarentena-sesentena, camino a la ochentena, no se termina más. Nos cuentean de a poco, a cuentagotas, en dosis homeopáticas. Vayamos armando el arbolito, chicas. Y el pesebre, por las dudas.

- ¿Se imaginan si una saliera de un coma prolongado, y de pronto se encontrara con este panorama? Todos con barbijos, escondidos en sus casas, separados en las colas, sin abrazos ni besos. Yo creería que estoy soñando o sigo en coma profundo.

- Lo bueno es que cuando salgamos, si salimos, seremos todos más limpitos, más ordenaditos, más prudentes…

- Sí, pero también más paranoicos, más rechonchos, más secos, más pijoteros, más obse, más remolones, más vagos de pieza …

- Che, ninguna de ustedes habrá caído en las garras del tordo de los famosos, ¿no?

- ¿Cuál? ¿Heisenberg?

- Chela, estás tan obsesionada con “Breaking Bad” y “Walter White”. Aflojá un cachito. Hablo de un tipo de carne y hueso, no de un personaje de ficción de Netflix.

- Ah, ya sé quién decís. Rubén Mühlberger. Es que los asocio. No sé por qué.

- En todo caso, el nuestro sería el Walter White del subdesarrollo. De cabotaje nomás.

- A mí que no me gusta esperar cuando voy al médico, me vendría bien ese té rojo con papota que te servían en lo del chantapufi.

- Peor que te duerman y te operen sin consultarte, como a Venturita. Un sátrapa.

- La culpa no es del chancho. La gente es cholula y si algún “famoso” se atiende con él, dan por sentado que debe ser bueno.

- ¿Será cierto lo del alargamiento peneano que ofrecía?

- Dicen que el 10 se lo hizo. “Me dicen antorcha”, fanfarroneaba Dieguito. Habrá sido post- Múhlberger, vaya una a saber.

- ¿Y los platos que ofrecía su cocinero? “Brunch ortomolecular”, “risotto relajante”, “ensalada regenerativa”. Un bolazo gastronómico bien armado para la gilada.

- Con eso de la medicina ortomolecular, te rompía el ídem en la consulta. Un platal.

- Lo único bueno es que esta nueva cortina de humo nos distrajo un poco del maldito virus.

- Y, hay pocos temas, eso es cierto. Cuando aparece uno, lo exprimen a morir.

- No tan pocos. Flor de la V sacó del placard de prepo a unos cuantos, sin pedirles permiso. Supuestamente quiso homenajear al colectivo LGBT en el Día Internacional contra la Homofobia, y paradójicamente terminó haciendo algo recontra homofóbico.

- Entre ellos, deschavó a varios difuntos. Fea la actitud.

- Otro chisme: se separó Tini Stoessel de Sebastián Yatra.

- Lógico. ¿No lo escucharon al pibe? Hizo colecho con sus viejos durante 15 días. Tremendo grandulón con pelos en las patas. La aplaudo a Tini. Querrá una pareja, no un hijito.

- ¡Hay cada famoso! Como Ricardo Montaner, que dijo a los cuatro vientos que su hija, Evaluna, llegó virgen al matrimonio. Digo yo, ¿quién le da derecho a hablar de esas intimidades al venezolano bocón?

- ¿Venezolano? ¡Es de Valentin Alsina, nena! Curra con ese tonito chévere, tan meloso que empalaga.

- ¿No se acuerdan de Nazarena cuando anunció en la tele que su hija “se había hecho mujer”? Otra. Padecen de incontinencia verbal los mediáticos. ¡Pobres hijos!

- Y los hijos varones de Montaner, ¿también llegan vírgenes al altar?

- No creo. No es de macho.

- Ni hablar de Nicole Neumann, y sus dudas con respecto a la obligatoriedad de las vacunas.

- ¿Saben qué? Estoy segura que los anti-vacunas son terraplanistas también. O sea, boludos del todo.

- Bueno, chicas, voy a preparar el locro del 25. Me desenchufo.

- Frizá un poco, Pilu, pa’cuando nos juntemos a morfar. ¡Y viva la Patria ensesentenada! ¡Chin, chin!

 

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