Un conflicto por la rebaja de salarios, una de las clave que apuró la salida

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Latam sostenía una tortuosa relación con el actual gobierno nacional , que se complicó aún más durante la pandemia, cuando las autoridades le ordenaron anular su decisión de reducir en un 50 por ciento los salarios de sus trabajadores como la compañía hizo en otros países.

El Ejecutivo también había desechado la idea de salvar económicamente a Latam u otra aerolínea afectada por la pandemia, y se limitó a ayudar mediante el programa Asistencia para el Trabajo y la Producción (ATP), que cubre parte de los salarios a los trabajadores.

“El grupo Latam está muy complicado por la pandemia. (...) En Argentina, tiene el problema de que se detuvo todo el tráfico aéreo. Desde hace casi tres meses no hay vuelos internacionales ni tampoco de cabotaje. Hay costos fijos muy altos y no hay ingresos. Y como empresa establecida en Argentina no tiene manera de conseguir financiamiento externo, pues está cerrado el mercado de capitales, ni interno, por las propias dificultades económicas del país”, explicó Héctor Rubini, profesor de Economía en la Universidad del Salvador de Argentina.

En cambio, Aerolíneas Argentinas llegó a un acuerdo con los gremios aeronáuticos -en su mayoría con dirigentes K- para avanzar con la medida de suspensiones temporarias con una rebaja salarial, aseguran, de hasta un 20 por ciento.

 

 

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