2020: año sabático planetario
Edición Impresa | 21 de Junio de 2020 | 07:16

Por IRENE BIANCHI
irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI
- ¡Hoooooliiiiisssss! ¡Feliz domingo, chicas! ¿Conectadas? ¿Cómo andamos?
- Al cuete, amiga. Como de costumbre.
- Menos mal que dijiste “ al cuete” y no …
- ¿Al pedo? ¿Por qué no? Si Thalía le escribió una canción.
- ¿Al flato?
- Sí. Como lo oís. “Es un pedo” se llama el tema.
- ¿Me estás cargando? ¡No puede ser!
- Posta. Ahora le dio un giro a su carrera y se dedica a los niños.
- ¿Y arrancó así?
- Sí. La letra dice algo así como: “Siento un olor, algo familiar. A huevo podrido, apestoso de verdad. Aunque lo sacuda o me tape la nariz, es muy resistente, nunca se va de aquí”.
- ¡Cuánta poesía! Alfonsina Storni y Gabriela Mistral, dos aprendices al lado de la mejicana.
- Y sigue: “Sienten un olor, algo familiar, esta es mi venganza, se lo van a tragar, fue tan silencioso, no hubo tiempo de escapar. Les pican los ojitos, se quieren güacarear”.
- ¿Qué es “guacarear”?
- Otra fineza. Vomitar.
- ¿Qué le pasa a esa chica? ¿Le agarró un rapto escatológico?
- Tal vez el encierro le hizo mal. Porque vieron que ahora es todo culpa del maldito virus.
- Hablando de eso, ¿no se sale más, no?
- Y… hagamos de cuenta que hay que saltear el 2020. No por nada es bisiesto, chicas.
- ¡Qué supersticiosa, Nené!
- A las pruebas me remito. En 1912 se hundió el Titanic; en 1948 asesinaron a Gandhi; 20 años más tarde a Martin Luther King; en 1980 a John Lennon. Todos años bisiestos.
- ¡Ah! ¡Resultaste una experta en la materia! Creer o reventar, entonces.
- Pensar que me compré una carísima agenda en enero. En blanco la tengo. Guita tirada.
- Usála, zonza. Anotá tareas domésticas. No hay placer mayor que tacharlas.
- Es que ya hice todo lo que se puedan imaginar. Con decirles que ahora a propósito estoy ensuciando y rompiendo cosas, para tener algo que hacer.
- Chicas, no quiero ser indiscreta, pero ¿tienen puesto el corpiño?
- Yo no uso. Siempre fui la “tabula rasa” de Descartes. No necesito sostener nada.
- Yo las tengo hechas, así que no se caen. Es lo único de mi anatomía que no está sujeto a las leyes de gravedad. En el jonca seguirán erectas en medio del derrumbe.
- ¿Y las demás?
- ¿Para qué, Chola? ¿Es necesario?
- Y, sí. Porque en algún momento habrá que sacarse el piyama, o las calzas, o el jogging, para animársele al jean. Lo mismo con el portasenos, diría mi tía Carlota.
- ¿Ese criterio aplica a las pantuflas y ojotas?
- ¡Por supuesto! Seguro que los pies se agrandaron, se ensancharon y se alargaron, con tanto andar en pata. Varios números más. Ponéle la firma.
- ¿Y las pantorrillas? Yo ni estrené unas botas carísimas. El cuero es duro, no cede.
- Yo no me preocuparía tanto, chicas, porque todas estaremos en las mismas condiciones. Eso nos hermana. Nos sororiza.
- Si hasta la primavera no salimos, eso nos da tiempo para ponernos en forma. Veámosle el lado bueno a este arresto domiciliario.
- Siempre que llovió, paró. No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista. Después de la tormenta, sale el sol.
- Sos la enciclopedia de las frases hechas, Marga.
- Si me disculpan, chicas, voy a hacer una videollamada con los padres de mi familia. Lo bueno del distanciamiento social es que me ahorré un montón de regalos.
- ¡Rata cruel! ¡Existe el delivery, amarreta! Ya te vas a quejar cuando llegue el Día de la Madre encuarentenado y sólo recibas afecto virtual. ¡Chau, codito! ¡Chin, chin!
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