Julio Alberto Hasperué
Edición Impresa | 6 de Junio de 2020 | 03:12

Profundo pesar causó en nuestra ciudad, y muy particularmente en la comunidad bancaria, el fallecimiento de Julio Alberto Hasperué.
Nacido en Quilmes, provincia de Buenos Aires, el 18 de diciembre de 1935, debido a la prematura muerte de su padre, desde muy temprana edad y para contribuir al mantenimiento de su familia, tuvo que asumir responsabilidades laborales en diversas actividades.
De ahí, de esa experiencia siendo tan joven es que quizás haya adquirido el temperamento fuerte y decidido que siempre lo caracterizó.
Aquella dura escuela de vida fue modelando su carácter firme y de inclaudicables principios, cualidades que le permitieron desarrollar a lo largo de tres décadas una brillante trayectoria en el Banco Provincia. Durante ese dilatado período, fue ascendiendo paulatinamente y ocupando diversos cargos jerárquicos en distintas sucursales del interior de la Provincia, hasta jubilarse como Gerente Departamental de Primera en Mar del Plata.
Un episodio describe cabalmente la firmeza de su espíritu y su verdadera devoción por la entidad bancaria a la que pertenecía: en 1987 La Plata se vio conmovida por un voraz incendio que afectó a un sector del Banco Provincia. Valiosa e irreemplazable documentación corría serio riesgo de perderse. Advirtiendo que los expedientes estaban fuertemente atados, motivo por el cual hasta ese momento solo se habían chamuscado los bordes, ingresó al frente de parte de su personal, y entre los escombros humeantes lograron rescatar la mayoría de ellos.
El incendio se había producido un jueves, y ante la urgente necesidad de contar con esa dependencia, convocó a su gente. Trabajando sin descanso todo el fin de semana, consiguieron que el lunes siguiente el sector quede operable.
Esas características de liderazgo, junto a su inquebrantable fortaleza laboral y su abundante cabello canoso, motivaron que fuera conocido con el cariñoso apodo de “Gran Cacique Nube Blanca”.
Sus allegados lo describieron como hombre de firme carácter, directo, escueto y frontal, prolijo, minucioso y generoso.
Casado en primeras nupcias con Josefina Andrade tuvo sus tres hijos: Paula, Esteban y Diego. Luego contrajo matrimonio con quien lo acompañaría a lo largo de cuarenta años: Susana Iocco.
Una cruel enfermedad, contra la que venía luchando con su temple habitual, apagó para siempre su luminosa existencia.
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