La Región acosada por una oleada de podas clandestinas

Edición Impresa

Una verdadera seguidilla de podas clandestinas viene causando daños muy graves sobre el arbolado público de La Plata y localidades vecinas, en situaciones que también se han traducido -se supone que por impericia de los “espontáneos” que deciden realizar esa tarea-, en prolongados cortes de luz para vecindarios enteros, provocados por la caída de ramas sobre las redes eléctricas. La suma de podas ilegales en las últimas jornadas obliga, ciertamente, a reclamar de las autoridades que se impulsen medidas destinadas a evitarlas y, al mismo tiempo, se aplique a los transgresores las más duras sanciones previstas por las ordenanzas.

Sea porque se aleguen temores a eventuales daños sobre los edificios o para facilitar la mayor visibilidad de marquesinas o vidrieras comerciales, lo cierto es que el patrimonio forestal platense se encuentra acosado por podas ilegales que se traducen en verdaderas mutilaciones de los ejemplares.

Anteayer le tocó el turno a los altos y añosos árboles que acompañan a las Torres de Villa Elisa, cercanas a la estación ferroviaria. Los vecinos denunciaron una poda “salvaje e indiscriminada”, realizada sin preaviso y por una desconocida cuadrilla que le quitó entre 4 y 6 metros de altura al fuste de los árboles que ofrecen sombra a los jardines comunes de las Torres 1 a la 5, situadas entre Arana y 3.

Los vecinos no dudan en que se trató de una poda clandestina que causó un daño irreparable, al dejar virtualmente descabezados a los ejemplares.

Un día antes había ocurrido un episodio inusual, cuando agentes de la Municipalidad platense comprobaron que una cuadrilla que supuestamente pertenece a la vecina municipalidad de Berisso cortaban tres ejemplares de Ficus, usando herramientas e inclusive un camión que tenía identificación de la comuna vecina. El episodio se registró en 15 y 54, es decir atrás de la Catedral y en plena jurisdicción platense.

Según se informó, desde el área de Espacios Públicos de la Comuna platense se pedirá a la Justicia de Faltas una “pena ejemplar”, que podría alcanzar los 530 mil pesos por los daños causados al patrimonio público de la ciudad.

Asimismo, pocas jornadas atrás, un vecino provocó una interrupción del servicio en sectores de Villa Elisa y zona límite con City Bell al cortar un tendido de distribución de energía mientras se encontraba realizando tareas de poda. Un hecho similar había ocurrido en esos mismos días en Los Hornos, cuando un frentista realizaba sin autorización la extracción de un árbol y dejó sin servicio eléctrico por varias horas a una zona de 84 manzanas densamente poblada.

Lo cierto es que durante los fines de semana, la cantidad de talas clandestinas en el casco histórico y la periferia local se dispara, debido a lo que se presume como una merma de los controles municipales. Pero lo que nunca se alcanza a conocer es si, después, la Municipalidad aplica sobre los frentistas las sanciones previstas en las ordenanzas. Un informe de esas características podría alcanzar un gravitante poder disuasor.

Resulta inexcusable que los municipios respeten y acrecienten el valioso patrimonio que significa el arbolado público, impulsando además campañas esclarecedoras acerca de que los árboles en las veredas pertenecen a la Municipalidad y que sólo ella puede determinar la conveniencia y los alcances que deben tener esas tareas.

En el caso de La Plata, no debiera ser necesario reiterar que, al ser fundada, nació con premisas urbanísticas de vanguardia y que, entre las más salientes de ella, figuraba la de contar con un arbolado público de excelencia.

Fueron muchas las generaciones que cumplieron con el deber de preservar y acrecer ese patrimonio y, por consiguiente, le corresponde a las actuales proyectar hacia el futuro el mismo legado.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE