El Gobierno sintió el impacto del #17A, pero no dará el brazo a torcer
Edición Impresa | 19 de Agosto de 2020 | 03:18

Mariano Spezzapria
@mnspezzaria
La contundente protesta del #17A impactó en el Gobierno. Si bien los funcionarios hicieron fila para descalificar a los manifestantes, lo cierto es que el día después se realizó una cumbre política en la quinta de Olivos, donde el presidente Alberto Fernández recibió a algunos de los dirigentes más importantes del Frente de Todos.
Tendría el Gobierno que poner especial atención a los reclamos. En especial en lo referido a la reforma judicial -para muchos sinónimo de impunidad- que, aunque avanza en el Senado dominado por Cristina, tambalea en Diputados. Debería el Gobierno prestarle suma atención a la queja sobre el cercenamiento de las libertades individuales, pero sobre todas las cosas, debería tomar debida nota del malhumor de una porción importante de la sociedad que, frente al peligro de la pandemia, igual decide salir a la calle para manifestar su descontento.
Para evaluar cada uno de esos puntos, a la mesa del almuerzo tendida ayer en la residencia presidencial se sentaron Sergio Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Wado de Pedro y Santiago Cafiero. También un puñado de intendentes del Conurbano como Juan Zabaleta, Martín Insaurralde, Fernando Espinoza y Jorge Ferraresi. Alberto F. tanteó el humor político de todos ellos.
Según pudo saber EL DIA, el Presidente se mostró cauto a la hora de evaluar las protestas contra el Gobierno. Y no compró, en términos políticos, las propuestas para organizar una marcha de apoyo a su administración.
En el oficialismo afirmaban anoche, en la misma línea, que los manifestantes forman parte del electorado de Juntos por el Cambio –en alusión al 41 por ciento de los votos que sacó Mauricio Macri en las elecciones de 2019-, y que por ende “no se puede esperar que apoyen al Gobierno, ya sea por la reforma judicial o por cualquier otra iniciativa”.
El hecho de que la plana mayor de JxC emitiera un comunicado en el que exigió al Gobierno que retire el proyecto de reforma judicial, para tratar de aprovechar el efecto de la protesta del lunes, terminó de convencer al oficialismo de no dar el brazo a torcer en la arena legislativa, donde hoy se firmará el dictamen en el Senado, pero se abren dudas en Diputados.
En la oposición, en tanto, el que buscó capitalizar políticamente las protestas del lunes fue Macri, quien publicó un tuit declarando su “orgullo” desde Suiza, mientras que otros dirigentes de peso en JxC como el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta se mostraron incómodos. A tal punto, que ayer se desconectó un zoom partidario a dos minutos del inicio.
La ex gobernadora María Eugenia Vidal, a su vez, mantuvo silencio de radio frente a la euforia que exhibió la titular del PRO, Patricia Bullrich, una de las caras visibles del 17A. La manifestación parece haber sido, en este sentido, más funcional al ala dura del macrismo, del sector radical aliado y de la Coalición Cívica, que a los opositores moderados.
Pero más allá de las diferencias internas, lo seguro es que los 29 senadores y los 116 diputados de JxC votarán en contra de la reforma judicial que impulsa el Gobierno. En el Senado, ni siquiera promoverán un dictamen de minoría, por entender que la iniciativa no debe tratarse en medio de la pandemia.
En Diputados, en tanto, buscarán disputarle al oficialismo voto a voto para bloquear la reforma, pero antes se opondrán a la renovación del protocolo de sesiones remotas, que está vencido.
“Hay olor a 125”, advirtió anoche el presidente del interbloque de JxC, Mario Negri, en referencia a la histórica derrota del kirchnerismo en el Congreso en 2008.
Pero en el Gobierno aseguraban que la reforma judicial sigue en pie. Sin embargo, en el debate en el Senado surgieron algunas advertencias de que, si la oposición no logra frenar el proyecto, tal vez sería la propia Justicia la quien lo haga.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE