Marcela Benjumea: “Somos un país que produce las historias más descabelladas”
Edición Impresa | 29 de Agosto de 2020 | 05:33

Por MARÍA VIRGINIA BRUNO
En “El Robo del Siglo”, la serie que acaba de estrenar Netflix sobre un atraco real ocurrido en Colombia en la década del noventa, sobresale Doña K, una encorazada pero sensible mujer que busca hacerse respetar en un mundo de hombres. La interpreta, con altura, la actriz colombiana Marcela Benjumea, quien, al igual que su personaje, también sobresale dentro de un elenco mayoritariamente masculino.
Nacida en Bogotá en 1971, Marcela ha hecho cine y televisión, sin embargo, se define como “una actriz de teatro”, cuya carrera escénica, tras su egreso en la Escuela de Formación de Actores del Teatro Libre, recién se iniciaba cuando el país se vio sacudido por un robo de película.
El 16 de octubre de 1994, una banda de ladrones entró en la sede del Banco de la República, ubicada en la ciudad de Valledupar, y salió un día después con un abultado botín: 24.072 millones de pesos colombianos, en ese entonces, unos 33 millones de dólares. Tras el robo, la entidad bancaria identificó los billetes robados, los cuales no habían entrado aún en circulación, por lo que perdieron inmediatamente su valor. El banco publicó una lista de los rangos de series de los papeles robados y pasaron a ser jocosamente llamados ‘los billetes vallenatos’, que generaron un desopilante caos financiero y social, del que Benjumea, sin embargo, no participó. “Realmente, cuando eso pasó yo me había graduado no hacía mucho. Sabía que había pasado pero vivía en el teatro, básicamente, no me interesaba nada más. Esta situación, sumada a que era una actriz joven recién graduada, tampoco me daba la posibilidad real de andar con billetes de 10 mil”, asegura Benjumea, en diálogo con EL DIA, sobre cómo había vivido aquel episodio al que 26 años después regresó.
En la serie de Netflix, Benjumea es Doña K, la única mujer de la banda criminal, a la que ayuda a financiar el atraco. Su criatura es una de las tantas licencias que los guionistas se tomaron del hecho real aunque está basada en un personaje masculino verdadero.
“Me pareció buenísimo que fuera una mujer y mejor aún que quedara yo para el papel”, admite la actriz que destaca de su Doña K “la medida de sus emociones”, el “control” en el que debe mantenerse para sobrevivir en ese submundo donde mandan los hombres.
Porque más que dinero, que tiene de sobra, lo que Doña K quiere es respeto. En este sentido, espera Benjumea que la serie sirva para plantar semillas reflexivas en relación al rol de la mujer. “Aunque habíamos avanzado mucho, nos costaba llegar a posiciones de poder en cualquier ámbito”, analiza la intérprete, quien entiende que es momento de “reconocer que tanta lucha ha dado frutos”.
Feliz con la recepción que está teniendo la serie, que en Argentina se ha mantenido en el top ten de Netflix desde su estreno, sostuvo que tenía fe de que así fuera porque se trabajó “con mucho rigor, con personas brillantes” esperando que, “la suma de muchos talentos y un trabajo juicioso diera como resultado un buen producto”.
“El teatro es vida. Es el deber de quienes lo hacemos no dejarlo desaparecer”
Entre las devoluciones que ha recibido, celebra la intérprete la de su padre, el comediante Carlos “El Gordo” Benjumea, uno de los actores más taquilleros de Colombia. “Le encantó”, confiesa Marcela sobre su papá, de quien heredó el gen artístico, y a quien definió como “tremendamente generoso” con su trabajo de actriz.
El hecho de haber salido de las tablas, y de haber pasado luego por la pantalla chica -ha sido premiada por sus trabajos en “Tiempos Difíciles”, “Amor sincero” y “La Niña”- y por la grande -en Netflix se puede ver una joya protagonizada por ella, “Amalia, la secretaria”- fueron experiencias determinantes para sortear el desafío de ser parte de una producción internacional, para lo que se necesitó “el vértigo del teatro, la técnica del cine y la agilidad de la televisión”.
Benjumea es parte del trío protagónico que se completa con las actuaciones de Andrés Parra y Christian Tappan, reconocidos actores colombianos muy identificados en nuestro país por haber interpretado a Pablo Escobar y a su primo Gonzalo Gaviria, respectivamente, en la exitosa telenovela “El Patrón del Mal”. El vínculo preexistente entre ellos no fue impedimento para que Marcela se sume de manera orgánica. “Fui feliz. Me entiendo perfectamente con los dos. Hablamos un lenguaje parecido. Trabajar con ellos fue divertido, profundo y serio”, cuenta.
Con su historia basada en un hecho verídico, “El Robo del Siglo” se suma a una tendencia que parece imparable, con tramas que llegan a las pantallas tomando cada vez más elementos de la realidad, algo de lo que Colombia, con su pasado ligado al narcotráfico, mucho sabe.
Consultada sobre si la ficción, en su país, ya no puede superar a la realidad, se sincera: “Desafortunadamente no. Somos un país que produce las historias más descabelladas. Hay una gran desigualdad y eso produce necesidad que, a su vez, produce historias”.
La cuarentena por el coronavirus se dictó en Colombia el 25 de marzo y, desde entonces, Benjumea ha permanecido en su casa. La situación, dice, la inquieta. “Me duele mi país, la injusticia, la corrupción, la violencia, las masacres. Pero sobretodo me duele que los ‘buenos’ miremos hacia otro lado, es una manera de permitir lo que está pasando”, reflexiona.
Al igual que en Argentina, los teatros siguen cerrados y aunque no se ha decantado por el streaming está entusiasmada con el estreno virtual, el próximo 11 de septiembre, de la obra “Contussas” que protagoniza junto a Katherine Vélez (que interpreta a Romy, la esposa de abogado, en “El Robo del Siglo”). Se trata de una comedia, en la que vienen trabajando desde hace doce años, que es dirigida por Ernesto Benjumea, hermano de Marcela, también actor.
Para la actriz, “el teatro es vida” y, ante esta pandemia, “es el deber de quienes lo hacemos no dejarlo desaparecer. Hay que mantenerlo vivo por los medios que nos lo permitan”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE