“Llegamos a tener siete de las ocho camas de terapia ocupadas”

Profesionales de la salud de zonas afectadas dicen vivir “horas dramáticas”. Las dificultades para conseguir especialistas

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El último miércoles a la mañana siete de las ocho camas de terapia intensiva del hospital San Luis de Bragado estaban ocupadas, según le cuenta a este diario Gustavo Echave, director asociado de ese nosocomio. Fue el momento más crítico de la semana en el marco del brote de coronavirus que vive la Ciudad, donde en los últimos días se registraron 14 muertes a causa de la enfermedad. Un brote que si por algo sorprende es por su velocidad, según destaca Echave: “teníamos un plan de contingencia, y fue todo tan rápido que nos lo desbarató en tres días”, indica.

Ahora, la mayor preocupación en el hospital es el refuerzo del personal de salud, dice Echave: “lo que más nos preocupa es el recurso humano, porque tanto en la terapia como en las emergencias se está trabajando sin pausa. El problema en los municipios del interior es que no hay especialistas: pido terapistas y no hay, pido enfermeros de terapia y tampoco. En este momento apuramos la formación de estudiantes de enfermería para reforzar y hay clínicos y médicos de guardia que colaboran con la unidad de cuidados críticos”, indica Echave.

Para el médico, “la expansión del coronavirus en las distintas ciudades y pueblos del interior de la Provincia tienen cosas en común: empiezan con algún trabajador esencial –generalmente policía o de salud- que viaja al AMBA y contrae el virus y después se registra un brote. En un menor número de casos, el primer contagio se produce a partir de algún paciente que es derivado a centros sanitarios de mayor complejidad del AMBA.

“En este último caso en Bragado hubo un brote que se detectó en un frigorífico y después aparecieron otros en casi todos lados en un momento en que estábamos en fase cinco y había muchas reuniones sociales, la población estaba relajada. Y yo creo que en el interior provincial está pasando algo parecido a lo que pasa en España: los chicos no se cuidan, hacen fiestas y reuniones”, dice Echave.

Otro de los problemas que detecta en la zona es que “hay centros para el aislamiento de los casos leves y sin embargo la gente no se quiere aislar. Entiendo que es por una cuestión cultural, pero lo cierto es que los resultados de los hisopados demoran y mientras tanto los contagios siguen. Y lo que nos pasa a nosotros es que no tenemos la infraestructura sanitaria del AMBA. Acá tenemos un hospital en el que se duplicaron las camas de terapia y se cuadruplicaron las de las salas. Y una clínica privada. Pero esto avanza muy rápido y pone en crisis los recursos de que disponemos. Podemos poner más camas e incorporar más respiradores. Pero el problema es el personal especializado, que escasea en todos lados y más en el interior”.

Teléfonos desbordados

Preocupaciones similares se extienden en el personal sanitario de otros distritos del interior de la provincia que por estos días sufrieron el azote del coronavirus.

Micaela D` Ambra es licenciada en enfermería y secretaria general de CICOP (el gremio que nuclea a los médicos municipales de Mar del Plata) y dice que “desde hace tres semanas la situación se agravó y una de las consecuencias es que “está desbordado el teléfono 107, que es la línea dispuesta para atender consultas por COVID-19. La gente llama y le cuesta muchísimo comunicarse, porque los equipos están sobrepasados”.

Junto con esa inquietud, el aumento del número de casos encendió también todas las alarmas en torno a la situación del personal.

“Tenemos mucho personal de salud contagiado. El porcentaje oscila entre el 12 y el 30% y además están los contactos estrechos aislados, lo que pone en crisis a la cantidad de profesionales disponibles que, además, trabajan en medio de una fuerte incertidumbre”, explica.

D` Ambra destaca, a su vez, que “acá hay preocupación, porque disponemos de dos hospitales provinciales, uno nacional, 33 centros de salud 5 clínicas y un hospital privado y Mar del Plata es centro de referencia para todo el partido”.

“Además”, agrega, “es un agravante para esta enfermedad que Mar del Plata tiene una de las poblaciones con promedio de edad más alto de la Provincia”.

Para D` Ambra “todo esto genera mucha inquietud, porque al principio la pandemia se había manejado muy bien en la Ciudad. Hubo gente que llegó a pensar que, a partir de esos buenos resultados, la Ciudad estaba blindada”.

 

 

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