Kicillof analiza una salida de la cuarentena, atada a la “meseta” en la curva de contagios

Mientras define la extensión del aislamiento después del 20 de septiembre, la Provincia allana el camino hacia la “nueva normalidad”

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La cuarentena en la Provincia, tal como la conocemos desde el 20 de marzo, tiene fecha de vencimiento. Convencido por cierto amesetamiento en la curva epidemiológica del coronavirus, sumado a una menor presión sobre el sistema sanitario del área metropolitana y aceptando el desgaste que ha sufrido la medida como dique de contención de los contagios, el Gobernador Axel Kicillof analiza desandar el camino hacia la “nueva normalidad”, una etapa con mayor flexibilización y el eje puesto en el distanciamiento preventivo bajo estrictos protocolos.

A esta altura, basta con recorrer las calles y plazas de la Ciudad, pero también algunos restaurantes, en los que -aún sin habilitación- ya se disponen mesas para comer en el lugar, para advertir los síntomas del hartazgo. Sin contar el interior, con el caso paradigmático de Tandil con su salida del sistema provincial de fases, cuestionado, entre otros, por el intendente Julio Garro, y el jefe comunal de Chacabuco, Víctor Aiola (ver aparte).

Con el correr de los meses, el aislamiento, que el próximo domingo cumplirá 180 días, se fue pulverizando. Acaso admitiendo esa realidad, ya el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, citó al Gobernador “que dijo que probablemente pasemos de la cuarentena a una etapa con ciertas restricciones”.

Ayer, durante el anuncio de un plan de obras en municipios, Kicillof aseguró que “estamos encontrando el punto justo entre flexibilidad y normas”, aunque advirtió que “este año va a terminar cuando le encontremos la vuelta al coronavirus, cuando podamos vacunar a los bonaerenses, saliendo del infierno de enfermedad y muerte que trajo”.

Pero también, el mandatario bonaerense sabe que no hay más margen para someter el confinamiento estricto a los tiempos de la ciencia. Y que de aquí en más lo que queda es -barbijo, distancia y protocolos mediante- aprender a convivir con el virus.

Si bien no hay fecha exacta para la llegada de esa “nueva normalidad”, se estima que podría ocurrir dentro de unos 20 días, ya en octubre. Es que, más allá del desdén social, la decisión estará atada al mantenimiento de la “meseta” de los contagios tanto en el área metropolitana y el Gran La Plata, y a lo que pase en el interior, donde los casos siguen en aumento. También, al impacto que puede haber tenido la protesta de la Policía Bonaerense o el “banderazo” del último domingo.

En tanto que las cálidas temperaturas que empiezan a florecer con la inminencia de la primavera podrían acompañar el descenso de la curva, clave para la nueva etapa.

Antes, queda definir lo que pasará desde el próximo lunes 21 de septiembre, cuando el aislamiento entre en un nuevo período (probablemente por dos semanas más).

Con ese objetivo, Kicillof se reunirá hoy con intendentes del interior y el Conurbano. Además, en las últimas horas intercambió mensajes con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con quien retomó las conversaciones tras el decreto presidencial que resolvió la quita de unos 40.000 millones de pesos anuales a la Capital en beneficio de la Provincia. Pese a la polémica -que Larreta llevará a la Corte-, habría acuerdo entre los mandatarios para concurrir a una eventual convocatoria del Presidente y decidir en conjunto las próximas. Mientras, hoy se reunirían los jefes de Gobierno bonaerense y porteño, Carlos Bianco y Felipe Miguel, respectivamente.

Con todo, de ese torrente de reuniones podría surgir el aval del Gobernador a una mayor apertura de actividades: entre las que esperan, están la construcción privada, la atención al público en restaurantes y bares. Su vuelta podría marcar el punto de partida hacia la “normalidad” que imagina el Gobernador.

 

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