Fuerte cruce en la ONU entre EE UU y China por la pandemia
Edición Impresa | 23 de Septiembre de 2020 | 03:05
NACIONES UNIDAS
El presidente de EE UU, Donald Trump, y el de China, Xi Jinping, endurecieron ayer su choque en una Asamblea General de la ONU muy marcada por la pandemia del coronavirus y la creciente tensión entre las dos grandes potencias económicas del mundo.
Con los líderes internacionales interviniendo a través de videos pregrabados, a la jornada inaugural de esta Asamblea General le faltó el dramatismo de los discursos en directo y del cara a cara, pero no las acusaciones cruzadas entre potencias.
Trump, en un escueto mensaje de apenas siete minutos, embistió directamente a Beijing, a quien responsabilizó por la aparición del virus y por permitir su expansión por todo el planeta.
“Las Naciones Unidas deben hacer que China rinda cuentas por sus actos”, dijo el mandatario estadounidense, que insistió en referirse al COVID-19 como “el virus de China”.
Xi, consciente de por dónde iría el mensaje de Trump, usó el suyo para dejar claro que el coronavirus es un problema de todos y que ahora lo fundamental es la cooperación para salir adelante.
“Cualquier intento de politización o estigmatización con este asunto debe rechazarse”, recalcó el líder chino, que tendió la mano al mundo -sobre todo a los países vulnerables- para trabajar juntos.
Así, Xi prometió que las posibles vacunas que China está desarrollando, con varias en la última fase de ensayos, serán consideradas un “bien público global” y se distribuirán de forma prioritaria a países en desarrollo.
La ONU ha insistido desde el inicio en que es necesaria una “vacuna popular” que esté al alcance de todos y, por eso, su secretario general, António Guterres, criticó ayer que “algunos países” estén cerrando acuerdos para beneficio exclusivo de sus ciudadanos.
“Este ‘vacunacionalismo’ no es solo injusto, sino que es contraproducente. Ninguno de nosotros estará seguro hasta que todos estemos seguros”, señaló el diplomático portugués.
TENSIÓN DE LARGA DATA
Aunque la pandemia la incrementó, la tensión entre el Gobierno de Trump y el chino viene de lejos y se hace notar en muchos frentes, incluidos el geopolítico, el económico y el medioambiental.
A la advertencia del titular de la ONU sobre el peligro de una eventual nueva Guerra Fría entre Washington y Beijing (ver aparte), se sumó en igual sintonía el presidente francés, Emmanuel Macron. El mandatario galo llamó a construir “un nuevo orden” mundial que no esté definido por la “rivalidad” entre EE UU y China y en el que Europa asuma plenamente su responsabilidad.
Trump, sin embargo, reivindicó el poderío económico y militar estadounidense y su “destino como pacificador” del mundo, haciendo valer sus recientes mediaciones en Medio Oriente o Afganistán, pero siempre desde una posición “de fuerza”.
Del otro lado, Xi recalcó que su país no va a mantener ningún tipo de guerra, “ni fría ni caliente”, y nunca buscará la “hegemonía”, sino la cooperación y el multilateralismo.
Aprovechando la aversión de Trump por los organismos internacionales, Beijing ha reforzado en los últimos años su apuesta exterior y, según muchos analistas, está ganando influencia en la ONU y en otros foros.
Xi mantuvo ayer esa línea, prometiendo más dinero para fondos multilaterales, atacando el proteccionismo estadounidense y comprometiéndose a hacer más contra el cambio climático.
LA DISPUTA EN TORNO A IRÁN
Como es habitual, los líderes tocaron varios conflictos y crisis internacionales en sus discursos, entre las que se destacó sobre todo la disputa en torno a Irán, su programa nuclear y la campaña de presión que lleva a cabo EE UU, que ha tenido su capítulo más reciente en la ONU.
Tras dejar en 2018 el acuerdo atómico alcanzado en 2015 e imponer duras medidas contra Teherán, Trump activó el mes pasado un mecanismo en la ONU para restablecer todas las sanciones internacionales contra el país persa.
El movimiento, sin embargo, no fue reconocido por el Consejo de Seguridad de la ONU, dado que el resto de potencias consideran que Washington no puede invocar esa cláusula al no ser ya miembro del acuerdo nuclear, evidenciando el aislamiento de EE UU en este ámbito. (EFE)
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