Las consultas se incrementaron hasta un 50% en ONGs que contienen a las víctimas

La mayoría son llamados por contención y asesoramiento jurídico frente a casos de violencia de género en el marco de la pandemia

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La crisis sanitaria desatada por el coronavirus y el aislamiento asociado a ella plantearon una situación compleja en el terreno de la violencia doméstica, que favorece al agresor y dificulta a la mujer agredida el pedido de ayuda. Así se plantea desde distintas organizaciones no gubernamentales dedicadas a la problemática de la violencia de género en la Región, donde se habla de un incremento del orden del 50% en las consultas que reciben por situaciones de violencia y se reclama la presencia de dispositivos de emergencia, sobre todo en los barrios, para hacer frente a la actual situación.

Referentes de distintas entidades plantean que con el aislamiento se multiplicaron y reforzaron los canales oficiales para que las mujeres puedan denunciar situaciones de maltrato pero, aún así, destacan que, en muchos casos, esos canales se ven desbordados debido al gran número de llamadas.

“Tenemos una página que las mujeres contactan para buscar contención y por momentos no damos abasto”, dice, por caso, Flavia Centurión, desde Las Mirabal.

Para Centurión “si bien el peor momento del aislamiento fue el más estricto, hoy los problemas siguen. Si bien hay más teléfonos a los que denunciar, algunos por momentos están saturados y cuesta comunicarse. También hay que tener en cuenta que, tanto esas opciones, como las cuentas de correo electrónico no son accesibles para mujeres que ni siquiera tienen crédito en el celular. Para esas mujeres, que buscan hacer la denuncia de manera presencial hoy la única opción es la Comisaría de la Mujer y ahí hay poco personal para atender y las condiciones no son las mejores para la espera, cosa que desde la entidad denunciamos formalmente”.

Para Centurión, “están faltando dispositivos de emergencia en los barrios con los que las mujeres se puedan conectar con comodidad para denunciar sin sentirse inhibidas frente al agresor o temerosas de represalias”.

Daniela Goga, abogada de Las Juanas, una ONG de Berisso, no coincide. Cree que la pandemia y el aislamiento no sólo dispararon la cantidad de denuncias, sino también los canales a través de los cuales denunciar, la mayoría de los cuales son telefónicos o virtuales.

“Lo que nosotras notamos desde la entidad es que estos recursos agilizan la respuesta de los organismos si se la compara con la situación anterior a la pandemia”, indica Goga.

Con todo, sostiene que “hay trabas que siguen existiendo, porque el crecimiento de las consultas no se está reflejando en el aumento de las denuncias formales”.

Los chicos testigos de violencia y las secuelas en la víctima, entre los motivos de consulta

 

Para Marcela Marcos y Martínez, psicóloga de Las Mirabal, el impacto de la pandemia en el área de la violencia doméstica puede extenderse más allá de la persistencia del coronavirus y el aislamiento.

“Esta situación puso de manifiesto la violencia de agresores que hasta antes del confinamiento no se habían revelado como tales y potenció la agresividad de otros. Lo que no cambia, lo que no se va a replegar, aún cuando la pandemia pase, van a ser las secuelas sobre la mujer afectada”, dice.

“Para algunas de estas mujeres las secuelas de la violencia doméstica son comparables a las de un cuadro de estrés post traumático, con un retroceso en los vínculos sociales, crisis de angustia, posibles trastornos del sueño. Afecciones que lleva tiempo superar”, dice.

Otro de los problemas que aparecen una y otra vez en los llamados tiene que ver con la situación de los chicos inmersos en un clima de violencia.

“Los niños terminan convirtiéndose en rehenes de estas situaciones, que muchas veces presencian, con graves consecuencias, sobre todo en el aspecto psicológico”, dice la especialista.

En este sentido, recientemente UNICEF lanzó una campaña para alertar sobre el aumento de la violencia en el hogar contra las niñas y niños que, según datos oficiales, se incrementó durante el aislamiento social dispuesto por el coronavirus, instando a las personas adultas a involucrarse en la protección de la niñez. Las estadísticas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación indicaron que los llamados a la línea 137 por violencias intrafamiliares y/o sexuales aumentaron 23% en la cuarentena, respecto al mismo período de 2019. De ese total, un 28% correspondió a violencia familiar y un 13% a violencia sexual.

En tanto, consultado por este diario, el director del hospital de Niños Eduardo Pucci, dijo que no se observa un incremento del maltrato infantil relacionado con la pandemia y el aislamiento.

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