Insólito: un paramédico hacía 100 km. en bicicleta para ir a trabajar y lo echaron después de que le donaran una moto

Jeremías Rojo, un paramédico cordobés de 26 años, se vio obligado a hacer 100 kilómetros diarios en bicicleta para ir a trabajar por un paro de transporte. Pero tras hacerse viral su historia en las redes sociales y que le donaran una moto, lo echaron. Increíble, pero real.

Todo comenzó el 7 de abril: empleados del servicio interurbano de Córdoba, que conecta las principales ciudades de la provincia con las localidades del interior, anunciaron un paro bajo el reclamo de mejoras en las condiciones laborales. Rojo trabajaba en el servicio de ambulancias de la empresa de emergencias médicas Corpus SRL, a 50 kilómetros de su casa, y por eso se vio obligado a agarrar su bicicleta para llegar al trabajo.

Una mañana de julio se encontraba agotado y estaba padeciendo la baja temperatura, por lo que decidió hacer dedo. “Lo había hecho un par de veces. Generalmente, cuando me preguntaban, mentía sobre mi profesión y decía que era panadero, porque nadie quería meter a un paramédico adentro de su auto. Pero a este hombre le dije la verdad, me la jugué”, relató en diálogo con el portal de Infobae.

El conductor del vehículo se vio sorprendido con su historia personal, le sacó una foto, grabó un pequeño video y decidió subirlo a las redes sociales. En cuestión de horas, la imagen de Jeremías Rojo arriba de su bicicleta de pequeño rodado, se viralizó en todos los rincones de Córdoba.

Las publicaciones en las redes, las entrevistas de los medios locales y la difusión del caso llevaron al gobierno provincial y a la concesionaria Dragón S.A. a donarle una moto 100 cc. para que pudiera realizar el trayecto de su casa al trabajo de una manera más cómoda y segura.

“En esos meses de julio, la ciudad donde vivo, Oliva, volvió a la fase 1 de la cuarentena. Había 360 casos positivos de Covid-19 y eso, en una ciudad de 18.000 habitantes es un número muy alto. Por eso, la empresa me dijo que me quedara ese tiempo en casa hasta que se levantara la fase 1”, recordó.

Durante ese período, Rojo permaneció como voluntario en el Centro de Operaciones de Emergencias de Oliva en medio del combate contra la pandemia de COVID-19 y con el intento de frenar la propagación del virus en esa localidad.

Ya para finales de agosto pudo regresar a su trabajo en Oliva, pero las cosas en la empresa habían cambiado “El 28 volví a mi lugar de trabajo y apenas llegué, me dijeron que no había espacio para mí en las ambulancias, que mi puesto ya había sido ocupado por otra persona, y me dijeron que me vuelva a mi casa. Agarré la moto y me volví”, explica.

A los tres días, la compañía de emergencias volvieron a citarlo para una reunión. “Cuando fui de nuevo, el 1º de septiembre, mi jefa me llamó para una reunión. Y ahí me dijo: ‘No dilatemos más la cosa. Esta situación no da para más. Hay muchos de tus compañeros que no se sienten cómodos con que te hayan regalado una moto y la empresa quedó muy mal parada con todo esto. Además, venís de una zona roja de contagios. Así que no vamos a contar más con tus servicios’”, relató.

La empresas por el momento no hizo pública su versión de los hechos, aunque le prometió algunos medios que pronto sacará un comunicado. Rojas, por su parte, otra vez quedó al límite: anto él como su pareja se encuentran sin trabajo y hoy en día no disponen de ningún ingreso económico para la familia.

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