En Villa Castells, vecinos movilizados denuncian el incremento de los robos

Sospechan que la mayoría de los ladrones son menores de edad, que saltan paredones y alambrados en horas de la madrugada. Se suman a la movida de las reuniones vecinales para expresar sus reclamos

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Agobiados por las sensaciones de “vulnerabilidad y desolación”, vecinos de Villa Castells decidieron hacer públicas sus denuncias relacionadas con lo que consideran como un recrudecimiento de la inseguridad en la zona.

Según le contaron a este diario, el accionar delictivo creció en las últimas semanas, con robos e intentos de atracos en casas particulares en las que han dejado sembrado el pánico y de las que “se han llevado la tranquilidad”, definió un frentista que pidió reservar su identidad.

En la lista de las demandas incluyen el incremento del patrullaje y del sistema de luminarias.

Por estos días, las caras desconocidas en calles con poco movimiento y las motos que van a vienen, generan preocupación.

“Por sus características físicas la mayoría son menores”, definió otra vecina con respecto a las sospechas sobre los robos en los patios y casas, especialmente, de madrugada.

“Los hace actuar con un mayor grado de desinhibición que un adulto ya que saben que si son capturados serán liberados a las pocas horas”, indicó la mujer.

Un frestista de las inmediaciones de 13 y 494, víctima de un robo hace pocas semanas, consideró que “además de esta inmunidad, estos pibes actúan con una agilidad tremenda. Escalan paredones y saltan alambrados como si nada, corren de forma veloz y se meten por espacios tan minúsculos que resulta increíble que puedan hacerlo”, señaló.

A una cuadra de este lugar, en 12 y 494, el pasado lunes, se registró un atraco que fue ejecutado por al menos tres individuos. Con amenazas de muerte y armas en las manos, se hicieron con un botín cuyo valor, según se calcula, ascendería al medio millón de pesos.

“No espero recuperar las cosas. Lo que lamento es el grado de vulnerabilidad y desolación en el que estamos sumergidos. Siento que me robaron la tranquilidad. Estoy cansado de que no pase nada, de que sea lo mismo robar y matar que laburar, de que no haya defensa. La policía hace lo que puede. La legislación no acompaña”, sostuvo Daniel, el damnificado.

Ese cuadro de intranquilidad, se refuerza con los pedidos recurrentes de los vecinos de evitar ser identificados.

En tanto, en 11 y 494, una familia vivió horas de incertidumbre e insomnio tras detectar que, alrededor de las 2 de la madrugada del domingo, dos sujetos habían ingresado a su terreno tras saltar un alambrado. “Mi marido los vio, les pegó un grito y escaparon nuevamente saltando el alambrado. Ese día no pudimos dormir y hasta ahora seguimos con la sensación de pánico. La policía vino a los 10 minutos pero ya habían escapado”.

Una situación parecida vivió una vecina que reside a pocas cuadras. “Mi hijo me despertó a eso de las 2 de la mañana y me dijo `mamá, el portón está caído´. Miré por la ventana y lo comprobé. No podía entender cómo hicieron para levantar y sacar de los rieles esta estructura metálica que es tan pesada”, dijo una frentista del sector.

“Hace dos días le entraron a robar a un vecino de 4 y 503. Creemos que son unos pibes que merodean prácticamente todos los días por la zona. Te das cuenta que están merodenado por el ruido que hacen al apretar las botellas de plástico con nafta para aspirar su contenido. El día del robo alertamos temprano al 911 que estaban rondando el sector. Si hubiesen mandado el móvil antes se podría haber evitado ese ingreso”, sostuvo el vecino.

En tanto, un frentista de Gonnet señaló a este diario que resulta imperioso tomar medidas para frenar el delito.

Los vecinos tienen planeado reunirse mañana (en un espacio público por definirse), para analizar los reclamos que plantearán a las autoridades.

“Que se ponga en marcha un plan orientado a reducir los niveles de delincuencia en la zona, recuperar la tranquilidad y disfrutar de una mejor calidad de vida”, indicó una de las fuentes. “Así no podemos seguir”, concluyó.

“Lo que lamento es el grado de vulnerabilidad y desolación en el que estamos sumergidos”

Daniel

Fue asaltado el lunes pasado

A la carnicería de 7 y 505 entraron por el gabinete de gas. Se fueron con dinero y varios cortes de carne

 

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