Se multiplican los pedidos para sacar a Trump del cargo
Edición Impresa | 8 de Enero de 2021 | 01:47

WASHINGTON
Un día después de que partidarios de Donald Trump irrumpieran violentamente en el Capitolio de EE UU, el presidente electo, Joe Biden, denunció ayer los repetidos ataques del mandatario a la democracia, sin comentar sobre los crecientes llamados a destituirlo de inmediato. La toma del Capitolio fue “uno de los días más oscuros en la historia de nuestra nación”, afirmó, calificando de “terroristas” a quienes participaron en los incidentes.
En el Congreso, los principales dirigentes demócratas exhortaron al vicepresidente Mike Pence y al gabinete de Trump a invocar la Enmienda 25 de la Constitución, declararlo “no apto” y sacarlo del poder (debe dejarlo el 20 de enero), advirtiendo que, de lo contrario, el mandatario republicano sería sometido a un nuevo juicio político.
Destituir a Trump “es una urgencia de suma importancia”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, acusándolo directamente de un “intento de golpe” de Estado.
“Lo que pasó en el Capitolio de EE UU fue una insurrección contra el país, incitada por el presidente”, señaló por su parte antes, el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer. “Este presidente no debería ocupar el cargo ni un día más”, agregó, quien se encamina a convertirse en el jefe de la mayoría en la Cámara alta tras el triunfo de dos demócratas en la segunda vuelta de las elecciones senatoriales de Georgia el martes.
Según algunos medios estadounidenses, miembros del gabinete discutieron la posibilidad de invocar la Enmienda 25 en las próximas horas.
El primer republicano en pronunciarse públicamente a favor de la destitución, el congresista Adam Kinzinger, llamó a dar este paso “por el bien” de la democracia estadounidense. Trump ha “avivado las brasas” de la violencia, dijo.
Historiadores indicaron que era la primera vez que se asaltaba el Capitolio desde 1814, cuando los británicos lo quemaron durante la guerra de 1812.
BIDEN, CERTIFICADO
El Congreso, en una sesión de las dos Cámaras presidida por Pence, certificó la madrugada de ayer la victoria de Biden en las elecciones del 3 de noviembre, por 306 contra 232 votos del Colegio Electoral.
Como se esperaba, las objeciones de algunos republicanos no prosperaron. Y tras los incidentes, varios que habían dicho que las votarían cambiaron de opinión.
Horas antes, la ratificación, que debía ser una mera formalidad, se había transformado en una “insurrección”, “casi sedición”, en palabras de Biden, cuando una multitud de simpatizantes deTrump invadió el Capitolio interrumpiendo los debates y sembrando el caos por varias horas.
Legisladores con máscaras antigás, policías desenfundando sus armas de fuego, manifestantes ocupando las oficinas de los congresistas: imágenes inimaginables en un país que se presenta como modelo democrático suscitaron consternación e indignación en todo el mundo.
Trump: “Los manifestantes que se infiltraron han profanado la sede de la democracia”
Trump quedó rezagado. Tras la certificación del Congreso, y después de una jornada desastrosa para su futuro político, admitió que su mandato está terminando. “Aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de estas elecciones y los hechos me apoyan, habrá una transición en orden el 20 de enero”, dijo, temprano, en un breve comunicado.
Anoche reapareció en un video y dijo: “Los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia estadounidense”, desligándose de responsabilidades por el accionar de la turba que protagonizaron sus partidarios.
Así salió a condenar la violencia inédita en el Capitolio yhasta ensayó un llamado a la reconciliación. Además, reconoció oficialmente la derrota.
En filas del Partido Republicano, y en el equipo cercano del presidente, el malestar es palpable. Ayer, la secretaria de Transporte, Elaine Chao, fue la primera integrante del gabinete en anunciar su dimisión. “No puedo quedarme aquí después de lo que ocurrió”, había dicho más temprano Mick Mulvaney, exjefe de gabinete de Trump al renunciar a su puesto de enviado especial en Irlanda del Norte.
Varios miembros del Consejo de Seguridad Nacional también anunciaron su salida. Un fuerte aliado de Trump en el Senado, el republicano Lindsey Graham, dijo en la noche que ya no podía seguir acompañándolo. “Ya es suficiente”, aseguró. (AFP)
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