Una repentina ola de calor en primavera que obliga a tomar medidas preventivas

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El sorpresivo golpe de calor que reina en el país, con marcas de más de 30 grados para el mes de octubre en 17 provincias y picos de temperatura de 40 grados de máxima en lugares de Santiago del Estero, Córdoba y La Rioja, mientras en nuestra ciudad y todo el AMBA los registros llegaron a 36,1 grados, obligan a que la población tenga presente y atienda las recomendaciones médicas necesarias para no sufrir los efectos de este verdadero adelanto del verano. Ello, sin perjuicio de reclamar que el servicio de agua domiciliaria no ofrezca deficiencias en el suministro, entre otras acciones que debe tomar el Estado.

Según indicaron desde la Agencia Hidrometeorológica de la Municipalidad de la Plata, se esperaba que las jornadas calurosas como la de los dos días pasados recién comiencen a bajar recién a partir de mañana. “Esta semana va a ser la primera de calor intenso de la temporada” afirmó una meteoróloga del SMN que vaticinó una disminución de las temperaturas para este viernes y sábado en el área metropolitana.

Se detalló que el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y la zona de Río Cuarto en Córdoba están afectadas por una alerta amarilla por temperaturas extremas altas, “lo que implica un efecto de leve a moderado en la salud, principalmente para las poblaciones de riesgo como bebés, niños menores de cinco años y personas con enfermedades crónicas”, explicó la especialista.

Ante esta situación se aconsejó seguir las recomendaciones brindadas por el ministerio de Salud como beber abundante agua, evitar las bebidas alcohólicas y azucaradas, no exponerse al sol de forma prolongada entre las 11 y las 17, comer liviano, reducir la actividad física, usar ropa liviana y de colores claros, al igual que sombrero y permanecer en espacios ventilados o acondicionados.

Se sabe también que una ola de calor puede afectar también a todas las personas saludables y no sólo a los grupos de riesgo. El golpe de calor es la primera y más grave consecuencia de la prolongación de las altas temperaturas, aunque, desde luego, puede resultar más severo cuando los afectados son bebés, niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas. Asimismo, se recomienda no realizar actividad física de alto impacto y mucho menos en los horarios centrales.

También se destaca que las señales del golpe de calor varían de una persona a otra, pero suelen incluir una temperatura corporal extremadamente elevada -por encima de 39.5 grados-, dolor de cabeza, náuseas, mareo y piel enrojecida, caliente y sin sudor.

Sin embargo, es evidente que en muchos casos, por ejemplo, las simples exposiciones solares, además de impulsar mecanismos de prevención –olvidados o pocas veces puestos en práctica- y de exigir un eventual tratamiento, el Estado, además de garantizar una confiable prestación en el servicio de agua domiciliaria, debería promover políticas que sirvan para modificar estructuralmente el hábitat muchas veces inhumano, en el que viven miles de niños y ancianos obligados por las circunstancias.

Se habla en estos casos de familias numerosas, integradas muchas veces por habitantes que carecen de las mínimas posibilidades para acceder a condiciones de vida más dignas, en situaciones que no colaboran precisamente para que puedan adoptar recaudos preventivos mínimos. Es allí donde los organismos del Estado debieran concentrar hoy la mayor atención.

 

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