“Se trata de como percibimos los estímulos”
Edición Impresa | 5 de Octubre de 2021 | 02:18

“Los descubrimientos de ambos investigadores - explica el doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet Gustavo Paratcha, director del Laboratorio de Neurociencia Molecular y Celular del IBCN - están relacionados con el conocimiento de cómo los estímulos externos, por ejemplo, causados por temperaturas, sustancias irritantes, señales de contacto, etc, se transmiten hacia el sistema nervioso central”.
“Este descubrimiento – añadió - es muy importante para entender en la cotidianeidad cómo percibimos los estímulos sensoriales, pero también para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la transducción del dolor, que es la conversión de un estímulo sensorial a otro, ya que una de las estrategias para generar sustancias analgésicas consiste en el estudio de las bases moleculares que subyacen a la detección de estímulos dolorosos”.
El doctor Paratcha señaló asimismo que “los receptores identificados por estos dos investigadores, como los de la familia TRP y Piezo, serían blancos importantes para el desarrollo de terapias para patologías relacionadas con el dolor”.
Por su parte, la doctora en ciencias biomédicas María Florencia Coronel, jefa del Laboratorio de Dolor Asociado al Cáncer en el Instituto de Investigaciones de Medicina Traslacional y también investigadora del Conicet, explicó que “el receptor TRPV1 detecta calor nocivo, temperaturas mayores a 43 grados centígrados, y es también el que detecta cuando comemos algo picante, es decir que esa sensación de ardor que tenemos en la boca también se genera por la activación de estos receptores”.
“El TRPM8, y la M viene de mentol – añadió - es un receptor que se activa por sustancias que generan sensación de fresco y por temperaturas de frío. En 2010, Patapoutian descubrió también los receptores “Piezo”, que se activan frente a estímulos táctiles como puede ser una caricia, un abrazo, el contacto de la piel con la ropa, y también con el dolor inducido por estímulos mecánicos, por ejemplo, un cachetazo o un martillazo”.
La doctora Coronel, quien trabaja junto a su equipo justamente el rol que tienen los receptores TRP en el dolor que se genera en pacientes que son tratados con quimioterapia y sufren efectos neurotóxicos y en el dolor crónico, contó que Patapoutian presentó a los receptores Piezo en un congreso de dolor neuropático al que ella había asistido.
“Fue sumamente emocionante – recordó - porque hasta ese momento no se había podido encontrar el mediador en este tipo de estímulos. Ahora todos estos receptores se están estudiando para el desarrollo de terapias para el dolor. Y una particularidad que tienen, es que se encuentran localizados a nivel periférico, entonces la ventaja que ofrecen es que no es necesario administrar sustancias que tengan efectos a nivel del sistema nervioso central”.
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