Carrazzone y la teoría del “reducidor de cabezas”

Un tribunal federal platense encabezó la inspección en la quinta de la pareja. Creen que el acusado pagó para deshacerse del cuerpo

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El tribunal del juicio que se le sigue al abogado penalista Rubén Carrazzone por el femicidio de su esposa, Stella Maris Sequeira, inspeccionó ayer la casaquinta en la que convivía la pareja en el partido bonaerense de Ezeiza, donde para la querella el acusado mató a golpes a la mujer en diciembre de 2016 y, luego, contactó a otro hombre para deshacerse del cuerpo.

El procedimiento, ordenado por el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 de La Plata, comenzó a las 10.30 en el domicilio ubicado en Ombú 786, en el Barrio El Trébol, y se extendió durante 40 minutos. Hasta allí llegaron los jueces Alejandro Esmoris, Nelson Jarazo y Fernando Canero, el fiscal Rodolfo Molina, los abogados de la defensa y de la querella, tres testigos considerados “clave” y el mismísimo imputado, quien se encuentra detenido y llegó pasadas las 10.20 en una camioneta del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Durante el procedimiento se recorrieron las tres construcciones del predio: la casa en la que convivían Carrazone y Sequeira, la oficina del abogado penalista y la vivienda de los cuidadores del predio. Los testigos presentes aquel día fueron ingresando uno por uno al lugar y todos ellos coincidieron en asegurar que el último día que vieron a Stella Maris “hubo una pelea muy importante” entre ella y el abogado Carrazzone, en la que “la mujer insultaba a los gritos y se la vio caminando de una casa a otra del predio”.

En ese contexto, dos de los testigos escucharon “gritos de Stella Maris, golpes contundentes y objetos de cerámica rompiéndose”, por lo que ”trataron de pedir ayuda”, aunque quien estaba a cargo prefirió no llamar al 911 ya que consideró que “era un problema de pareja”, agregó la fuente consultada. Para la abogada de la querella, Raquel Hermida Leyenda, su hipótesis es que “Stella Maris murió ese día a causa de golpes” y que el móvil del crimen ”fue por dinero y por una amante que tenía Carrazzone”.

“Luego de eso, nunca más se supo de Stella. Es muy extraño ya que todos los documentos de ella y sus pertenencias íntimas se encontraron intactas en su casa”, explicó. Según Hermida, “el homicidio se planificó entre mediados y finales de noviembre”, y la presunta pareja extramatrimonial de Carrazzone “fue cómplice del hecho con el objetivo de quedarse con la quinta, los automóviles y la ropa importada de Sequeira”.

La abogada querellante pidió que se investigue en un segundo juicio a la amante del acusado y también “a un reducidor de cabezas” (sic), al cual el imputado habría contratado para que se deshaga del cuerpo de Stella Maris.

 

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