Los retos económicos para la próxima administración

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Una inflación disparada, un sistema previsional descapitalizado y una desigualdad exacerbada tras la pandemia: el próximo presidente de Chile se pondrá al frente de un país que dejó de ser el “oasis” que era antes de octubre de 2019, cuando estallaron las protestas más graves desde la dictadura.

Según analistas, será un 2022 muy difícil, con un crecimiento proyectado apenas del 2 por ciento anual y en un contexto de disminución de las transferencias fiscales y retiro de los estímulos monetarios, lo que implica tasas de interés más altas.

Alejandro Micco, economista de la Universidad de Chile y exsubsecretario de Hacienda, señaló que el gran desafío es “mantener certidumbre respecto al devenir de la política económica del país” para que no haya efectos en “el riesgo país o en las tasas”. En esa misma línea se pronunció el titular del gran empresariado chileno, Juan Sutil.

La pandemia provocó un desplome del PBI del 5,8 por ciento en 2020, la mayor caída en cuatro décadas, y una pérdida de casi dos millones de empleos.

La recuperación, sin embargo, está siendo más rápida de lo esperado: en el segundo trimestre de 2021 el PBI se anotó un crecimiento anual de 18,1 por ciento, el mayor salto desde que se tienen registros, y la tasa de desempleo bajó en septiembre al 8,4 por ciento.

El Banco Central de Chile espera para este año un crecimiento del PBI de entre el 10,5 y 11,5 por ciento y, para 2022, de hasta el 2,5 por ciento.

El cobre, del que Chile es el mayor productor mundial, impulsó en gran parte esa recuperación y lo seguirá haciendo, aunque hay que estar “atentos” a la ralentización de la economía china, indican analistas.

El prestigioso economista Ricardo Ffrench Davis aseguró que Chile debe atajar la desigualdad endémica que propició la ola de protestas de 2019, pues solo así habrá “certidumbre y paz social”.

Además Chile, pionero en Latinoamérica en la capitalización individual, ha permitido los últimos dos años tres retiros anticipados del 10 por ciento de los fondos jubilatorios, pagando más de 48.000 millones de dólares, lo que ha debilitado el sistema.

La inflación, coinciden los expertos, también plantea un dolor de cabeza. Este año se estima que cerrará cercana al 6 por ciento. La mayor liquidez producto de las ayudas sociales (más de 35.000 millones de dólares) y los retiros de las pensiones la llevaron a registros históricos: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) llegó al 13,1 por ciento en octubre, su mayor nivel anual en más de 13 años. (EFE)

 

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