Ampliaron los cargos en el juicio por la muerte de Mía
Edición Impresa | 9 de Noviembre de 2021 | 03:13

En el marco del debate oral y público que ventila desde hace dos semanas el homicidio de Mía Aguirre, la niña de 3 años que murió, el 24 de septiembre de 2014, al parecer, luego de sufrir varios meses de maltrato infantil, que incluyeron violaciones en una casa de Berisso, la fiscal de juicio, Silvina Langone, amplió los cargos contra el acusado, Sergio Argañaraz, para que también se lo juzgue también por el delito de abuso sexual seguido de muerte.
Como se sabe, por el bestial asesinato están siendo juzgado por gravísimos delitos que establecen pena de prisión perpetua, la madre de la niña, Cecilia Cabrera, y su pareja, Argañaraz, padrastro de la nena asesinada. La primera, al menos por omisión, y el segundo como autor material.
El Tribunal Oral en lo Criminal I de La Plata, que tiene a su cargo el juicio, deberá ahora definir la ampliación de los cargos propuestos por la fiscal, para luego escuchar la declaración de los imputados.
En este juicio, la defensa intenta demostrar que la madre de la menor también fue víctima de este caso, porque “sufría violencia de género”.
Ayer declaró en ese sentido, pero su relato estuvo marcado por las contradicciones, expresaron fuentes de tribunales.
Además, peritos psicólogas del Poder Judicial, ante precisas preguntas de la fiscal Langone y el particular damnificado, representado por el doctor Matías Pietra Sanz, y las doctoras Andrea Reynoso y Antonella Demarco, descartaron que la imputada haya sido víctima de violencia de género.
Sobre el acusado, las peritos explicaron que se trata de una personalidad “narcisista, psicópata”, que intentó simular, aparentando ser muy religioso y presentándose, por ejemplo, a las entrevistas portando un Rosario, demostrando que es un manipulador y que cuando se lo descubre aflora su carácter agresivo.
En este juicio, además declaró un médico genetista, quien confirmó la hipótesis de la violación, al revelar que se hallaron en los hisopados practicados a la víctima rastros de PSA, que es una sustancia que proviene exclusivamente de la próstata.
En esa misma jornada declaró un forense de Policía, quien en consonancia con los demás médicos que intervinieron en la causa, aseguró que jamás iba a olvidar este caso, y confirmó que la niña fue golpeada, que tenía lesiones de vieja data, que denotaban maltrato infantil, y no dejó margen de dudas sobre un dato que ya habían dado como posibilidad otros peritos: el paro cardiorrespiratorio que terminó con la vida de Mía fue consecuencia de la penetración anal que sufrió esa noche.
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