Un almuerzo entre amigos derivó en un calvario en una casa de City Bell

Tres ladrones le pegaron a una de las dueñas, de 17 años, a la doméstica y al perro, mientras recibían y reducían a otros siete chicos

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En pleno mediodía de ayer, en un coqueto sector de City Bell, una chica de 17 años tenía previsto juntarse a almorzar con amigos en la casa en la que vive con su familia.

Mientras esperaba a que esos jóvenes llegaran a su domicilio de 471 entre 17 y 19, en el lugar estaban, además, la empleada doméstica y dos hombres que habitualmente se ocupan de acondicionar la pileta de natación.

Hasta entonces, nada fuera de lo normal. El terror se desató a las 13.15, cuando tres delincuentes armados ingresaron por el frente de la propiedad forzando la puerta de entrada, y durante media hora se dedicaron a robar, a desplegar violencia física y hasta simular un secuestro.

No fue todo. Según contó horas después a este diario la propia adolescente -Morena-, “también se pusieron a recibir a mis amigos a medida que iban llegando, diciéndoles que eran empleados que habían sido contratados para limpiar la pileta de casa”.

“Al primero de mis amigos que tocó el timbre, lo ataron de manos”, igual que hicieron con ella y con la empleada, “en el dormitorio de mi mamá”, mencionó luego.

“TE PASA POR HACERTE LA VIVA”

El asalto en esa vivienda de City Bell tuvo otros violentos matices y durante la charla con este diario Morena se encargó de repasarlos.

“Cuando entraron ni nos dimos cuenta, porque no hicieron mucho ruido”, recordó. La empleada estaba en la cocina, los pileteros trabajando en el fondo y la adolescente en el baño, precisó ella misma.

Apenas sorprendieron a las dos mujeres, a la mayor le dieron un cachetazo que la tumbó al piso. Una vez ahí, le pegaron una patada en la cabeza: “Todo porque la vieron cuando corría a avisarle a los pileteros que habían entrado a robar”, se indignó Morena, recordando que mientras la agredían le dijeron, “eso te pasa por hacerte la viva”.

A la adolescente le dieron una cachetada en la cara, porque observaron que tenía su celular en la mano “y pensaron que estaba por avisarle por teléfono a alguien”, reveló.

Sin perder tiempo, la banda condujo a la chica a la habitación de su madre, donde ya estaba la empleada, de 38 años.

“Nos ataron las manos con cables que cortaron del televisor”, apuntó, maniobra que repitieron luego “con el primero de mis amigos que vino para el almuerzo”.

Según Morena, con el correr de los minutos “fueron llegando 6 amigos más”, a quienes los ladrones “les abrieron la puerta diciéndoles que estaban trabajando en la pileta de natación”.

Expuso además que “en total éramos 12 personas”, situación que redundó en su propio provecho: se alzaron con once celulares, además de 100 dólares que guardaba la madre de Morena, relojes y joyas, detalló la chica.

“TENEMOS A TU HERMANO”

Como si el pésimo momento que atravesaba la joven junto a amigos y trabajadores no resultara suficiente, Morena admitió que sintió una profunda angustia cuando los asaltantes aseguraron tener secuestrado “en otro lugar” a su hermano de 32 años. Era mentira. Y lo comprobó apenas se fueron los intrusos.

“Pero en ese instante me puse muy mal y ahí fue que decidí decirles que podían llevarse todo lo que le robaron a mamá”, indicó la joven. La chica, su empleada y los invitados no fueron los únicos que la pasaron mal.

Los asaltantes también golpearon con un cable al perro de la familia, “un bulldog francés (negro) de 6 años que se llama Cooper”, dijo Morena. Por la tarde, varios vecinos y allegados charlaban frente a la vivienda, mientras policías de la DDI y de la comisaría Décima trabajaban en la escena junto a peritos de Científica.

 

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