“El baile de las luciérnagas”: una serie amable pero obvia

Por GERMÁN JAIME

Lejos de honrar la nueva era dorada de la televisión, “El baile de las luciérnagas”, nueva serie de Netflix, retrocede mil casilleros y parece tomar inspiración en la televisión algo berreta, algo apresurada del cable noventoso: dramas subrayados, personajes estereotípicos, actuaciones apresuradas por la falta de presupuesto o la falta de talento (tiene esos galanes clase B importados de Australia), mucho plano/contraplano para unos diálogos desprovistos de humor o sorpresa, cuya única misión es transmitir información al espectador de forma casi burocrática, para llegar más rápido del punto A al punto B (exposición, que le dicen), y una banda sonora que quiere jugar a ser moderna, a tener su propia lista de hitazos recuperados en Spotify, pero que nunca eleva el drama, no parece más que una pose cool.

La principal nobleza del show es que es una serie amable con sus criaturas, dos amigas de toda la vida que atraviesan la crisis de los cuarenta, y también con su emocionante amistad que atraviesa todo, pero por ser amable busca todo el tiempo “explicarlas”, mostrar la raíz de sus decisiones cuestionables en traumas pasados, y otros psicologismos.

Todo muy arquetípico, de manual, sin creatividad ni profundidad: triunfa el trazo grueso en esta serie que no ahorra sutilezas a la hora de construir, a través del montaje, estos paralelismos entre el pasado y el presente.

Los viajes al pasado (flashbacks) son, de hecho, muy problemáticos: no solo no hay matices psicológicos en los problemas de las dos protagonistas sino que ese pasado está iluminado como una mala película para tevé, de esas en las que las adolescentes tienen sexo y quedan embarazadas para advertirles sobre los problemas de la precocidad, con esa luz saturada de dorados y esa sobreactuación melodramática.

Cada capítulo termina con un “giro” para que sigas mirando, pero, en realidad, dejar de mirar nunca fue tan fácil: “El baile de las luciérnagas” es un entretenimiento amable, pero muy obvio en sus planteos y resoluciones.