Gualberto Scarpinelli

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Los círculos médicos de la Ciudad lamentaron profundamente la muerte de Gualberto Scarpinelli, quien desarrolló una doble carrera con la especialidad de Diagnóstico por Imágenes y el gerenciamiento del sistema privado de salud. Fue, además, un caracterizado socio y colaborador de La Plata Rugby Club.

Gualberto José Scarpinelli había nacido el 16 de agosto de 1948, hijo de Gualberto y Nélida Recio. Quedó huérfano de madre cuando era muy pequeño; al tiempo su padre se casó con Alicia Capelli y ella lo cuidó y lo atendió como lo hace amorosamente una madre. Tuvo cinco hermanos.

Los estudios primarios los completó en el colegio Saint Michael y los secundarios en el Colegio Nacional. Ingresó a la facultad de Medicina de la UNLP y tras graduarse cumplió la residencia en el Hospital Italiano de Buenos Aires y en el Hospital de Haedo. Concluyó su especialización en Diagnóstico por Imágenes en el Hospital Alemán.

Se sumó al staff del Sanatorio Argentino y desarrolló toda su trayectoria médica en dicha institución. Como también se especializó en Gestión y Administración de Empresas en la Universidad Austral, además de servir en el área de Diagnóstico por Imágenes de ese centro asistencial (donde fue jefe del equipo) lo dirigió como presidente durante largos años.

Su actuación fue clave, asimismo, en FECLIBA Distrito I, institución que integró con un fuerte compromiso durante treinta años y de la cual fue, hasta su muerte, presidente.

Fue una persona muy activa a quien le gustaba involucrarse con entidades de bien común; de ahí que en los años 90, junto a otros platenses, fundó el Rotary Club de City Bell.

Amaba la medicina, el ejercicio de la profesión, y asumir la responsabilidad de dirigir un centro de salud.

Pero toda esa vocación no le impidió sentir otra gran pasión: por el rugby y el Club La Plata, donde fue jugador, entrenador de las divisiones infantiles y juveniles, y espectador, los fines de semana, de los partidos que disputaban sus hijos Francisco y Pedro y algunos de sus sobrinos.

Cultivaba la amistad, por eso había establecido relaciones tan sólidas como duraderas. Le encantaban las reuniones sociales.

Tuvo dos nietos: Olivia y Toribio.

 

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