Un bache a mitad de camino

El comienzo del año mostró a un equipo bien distinto y muy mejorado. La mano del entrenador fue determinante. En las dos presentaciones pasadas quedó en claro que debe corregir para volver a esos primeros días tan buenos.

“Estudiantes 2021” tiene signos importantes y bien marcados. Desde que llegó Zielinski el equipo recuperó la solidez defensiva (más allá de errores individuales), y se fue transformando en un elenco duro y con vocación para trabajar los partidos. Así fue sumando bastante, y ese colchón de puntos le permite buscar la mejora con cierta tranquilidad.

River, Godoy Cruz, Racing y Arsenal sintieron, en mayor o en menor medida, al equipo del Ruso. Ahora bien, tanto contra Colón como en Santiago del Estero, hubo cierto declive en el rendimiento. La defensa mostró grietas y a los espacios cedidos por los laterales, principalmente el izquierdo, se sumaron algunos errores en los centrales. Todo corregible y bien lejos de una preocupación extrema.

En el medio Jorge Rodríguez se hizo cargo rápidamente del timón y es el conductor ideal para marcar los tiempos de manera silenciosa. Nunca va a brillar pero siempre va a rendir, y más si tiene a su lado a David Ayala, que aporta la dinámica necesaria. De ahí para adelante se nota cierta deuda en la faceta ofensiva. Es bien cierto que el equipo genera situaciones pero pareciera que hasta el momento, en su mayoría, se rigen solamente por el libreto que dice “pase largo y segunda pelota”. Una buena alternativa pero si se transforma en la única, caerá en la trampa de lo previsible.

Estudiantes está a mitad de camino en la fase clasificatoria, y en lo ya recorrido dejó imágenes positivas a las que deberá recurrir nuevamente para lograr el objetivo de quedar entre los mejores. La construcción sigue. Tiene buen conductor y buena máquina.

 

 

 

 

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