Descontrol en Miami a pesar del toque de queda por el virus

La masiva afluencia de turistas, en su mayoría jóvenes que no respetaban las restricciones por la pandemia, desató un caos y choques con la policía

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MIAMI

La calma parecía regresar ayer a Miami Beach después de un fin de semana en el que la Policía tuvo que poner en caja a una multitud descontrolada que no respetaba las normas de prevención del COVID-19 ni el toque de queda vigente desde el sábado, ahora extendido hasta el 12 de abril.

“Hoy está tranquilo. Debe ser por la resaca de anoche”, le dijo ayer un hombre a otro en South Beach, área que fue en las últimas semanas el epicentro de los desórdenes protagonizados en general por turistas, en su mayoría jóvenes en vacaciones de primavera (“spring break”), dispuestos a disfrutar sin límites.

Al menos una persona murió por heridas de bala en uno de los incidentes. Las refriegas con la Policía dejaron más de un millar de detenidos, una tercera parte de ellos por delitos graves, y decenas de armas decomisadas.

En la mañana de ayer, Ocean Drive, una calle icónica de Miami Beach con edificios estilo art déco y el sitio de juerga preferido de los llamados “spring breakers”, estaba tranquila.

INDISCIPLINA Y RIESGO

Por las calles sucias tras semanas de fiestas, varios jóvenes hacían rodar sus valijas de viaje, dejando la ciudad, mientras otros llegaban al icónico bar Clevelander sólo para constatar que estaba cerrado.

Desde el viernes, sus dueños anunciaron la clausura temporal al considerar que la ciudad no había podido frenar a las masas indisciplinadas y que ellos no podían poner en riesgo de enfermedad a sus empleados.

El uso de personal del grupo especial SWAT (Armas y Tácticas Especiales) y de gas pimienta durante los operativos para hacer cumplir el toque de queda durante las noches del sábado y domingo recibió críticas de algunos líderes afroamericanos, que lo consideran excesivo para reprimir a universitarios, en su mayoría de raza negra.

“El problema es que estamos en una pandemia”, dijo el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, al justificar el toque de queda y los cierres de los viaductos de acceso a la ciudad que han afectado a residentes, negocios y a los mismos turistas.

Las autoridades al parecer preveían estos desbordes, a juzgar por lo que dicen los carteles instalados semanas atrás en las paradas de micros y a lo largo del bulevar playero: “Disfrute de las vacaciones con responsabilidad”.

Las recomendaciones de no beber o fumar marihuana en público ni manejar borrachos han sido obviadas por muchos, como también el uso de barbijos y el distanciamiento social.

MASAS, CAOS Y PANDEMIA

El alcalde Gelber ha repetido hasta el cansancio que coincidieron la llegada masiva de estudiantes, el carácter violento de varios de ellos y la pandemia.

La Policía por su parte señaló que hay delincuentes que aprovechan estas muchedumbres para hacer sus fechorías.

El toque de queda, que rige desde las 8 de la noche hasta las 6 de la mañana, de jueves a domingo, e incluye el cierre de los bares y restaurantes en una amplia zona de South Beach, en el sur de Miami Beach, fue ampliado hasta el 12 de abril.

En tanto, el cierre de los tres viaductos de acceso al sur de la isla de Miami Beach, MacArthur, Venetian y Julia Tuttle, para evitar el ingreso de estos estudiantes durante el fin de semana, tiene disconformes a residentes y trabajadores del área: de noche hay congestiones y demoras para entrar a la isla.

Las medidas de emergencia tampoco fueron bien recibidas por varios dueños de hoteles y negocios, que apenas empiezan a recuperarse de la pandemia.

Florida ya acumula más de 33.000 muertes y 2 millones de contagios por el coronavirus, la mayoría en el condado de Miami-Dade, donde está Miami Beach. Es el tercer estado del país con mayor incidencia del virus después de California y Texas y el cuarto por fallecimientos. (EFE)

 

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