Cuáles fueron los últimos triunfos de Pinchas y Triperos en 57 y 1

Los albirrojos ganaron en 2005, con gol de Calderón y los albiazules lo hicieron en 2003, la tarde del 4-2 en remontada

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Cada Estudiantes-Gimnasia podría alimentar las páginas de un libro, con detalles de la previa que va más allá de una semana, porque el clásico platense, en la Ciudad, se empieza a vivir desde que se fijan las fechas del campeonato que sea, el partido mismo, y las eternas repercusiones, siempre llenas de polémica. Este nuevo cruce de Pinchas y Triperos llega en medio de la denominada Copa de la Liga Profesional, con la pandemia de coronavirus como rival extra para cada uno de los equipos, sin público en las tribunas y con la particularidad de volver a tener el estadio albirrojo de 57 y 1 como escenario.

Poniendo como referencia el estadio de 57 y 1, el Jorge Luis Hirschi, o el UNO, como se lo rebautizó tras las obras de actualización, un repaso de la historia del clásico que este fin de semana escribirá un nuevo capítulo permite recordar que Estudiantes logró su último triunfo el 28 de agosto 2005, 1-0 con gol de José Luis Calderón en la versión 138 del derby.

Gimnasia, en tanto debe remontarse hasta el 20 de abril de 2003 para dar cuenta del último festejo en la cancha a la que ahora volverá a presentarse. Fue una victoria inolvidable, porque quedó sellada al cabo de un partidazo que tuvo un ritmo infernal y emociones

EL 1-0 DEL PINCHA

La última vez que Estudiantes le ganó a Gimnasia en 57 y 1 fue el 28 de agosto de 2005, partido tras el cual el estadio quedó cerrado en lo que fue el punto de partida de un largo peregrinaje en dirección a las obras de remodelación que al final del camino permitió el salto de calidad soñado. José Luis Calderón, a poco de comenzado el segundo tiempo, marcó la diferencia mínima. Media hora antes del partido se registró un incidente en la tribuna local con tres lesionados, y luego de finalizado se registraron escenas de violencia en la tribuna visitante, que continuaron fuera.

Durante la etapa inicial, ambos defraudaron porque arriesgaron muy poco. En ese lapso casi no hubo llegadas de peligro a los arcos. En el segundo, el Pincha consiguió la ventaja muy rápidamente y luego, de contra, pudo aumentar en un par de ocasiones. Gimnasia intentó algo en la parte final, pero con escasos argumentos. El equipo de Jorge Burruchaga llegó a este cruce por el torneo Apertura mal anímicamente a causa de las derrotas en el campeonato y la pronta eliminación en la Copa Sudamericana; mientras que los dirigidos por Pedro Troglio jugaron el clásico luego de ser vapuleados 6-0 por Vélez en la fecha anterior.

Aquella última función en 57 y 1 se produjo en pleno conflicto de la institución albirroja con el gobierno municipal, restricciones de público por parte del Coprosede, el por entonces organismo encargado de atender la seguridad en el deporte, y el referido incidente que desembocó en una mujer herida por la rotura de un tablón llevó a la clausura del estadio por tiempo indeterminado, tras lo cual el conjunto estudiantil pasó años siendo local en canchas como las de Gimnasia, Quilmes y hasta Racing, antes de llegar al Estadio Ciudad de La Plata y el regreso al punto de partida.

EL 4-2 DEL LOBO

El 20 de abril de 2003, en el marco del torneo Clausura, Gimnasia se quedó con un clásico inolvidable en 57 y 1, el último en esa cancha (y el último en dicha condición), porque se trató de un partidazo de ritmo infernal, pleno de emociones y que parecía encaminado a ser una fiesta albirroja.

Desde que la pelota comenzó a rodar, y hasta el primer cuarto de hora, Estudiantes -bajo la conducción de Roberto Pompei- apabulló al Lobo, ya que su dominio fue absoluto. A los 10 minutos, tras una serie de esos rebotes, Ariel Zapata, de volea, marcó el primer gol de la tarde. Pero en forma increíble, la escuadra estudiantil cedió la iniciativa y el empate llegó mediante un penal cometido por Angeleri a Enría que aseguró Sanguinetti.

Ese golpe despertó a Estudiantes, que nuevamente se hizo cargo del campo y de la pelota, poniéndose de nuevo en ventaja como algo lógico, esta vez con una “palomita” de Maggiolo para conectar un centro levantado por Carrusca. ¿Qué pasó luego? Como antes, y sin explicación, resignó el protagonismo. Y el Lobo se lo comió en el segundo tiempo.

Enría, de zurda, gritó el 2-2 en una jugada que dejó a Estudiantes con uno menos por la expulsión de Krupoviesa, y el panorama se le complicó más a los albirrojos cuando salió lesionado Pompei. Desde ese momento la historia cambió y los Triperos fueron por todo. El uruguayo Sanguinetti, de zurda, aprovechando una mala salida del arquero firmó el 3-2 que llevó delirio y locura a su gente, y con el partido definitivamente abierto, tras una buena atajada de Olave a Maggiolo, el Pampa Sosa, de cabeza, completó la historia al estirar la diferencia a 4-2.

¿Después? La suspensión producto de los incidentes que se produjeron en la tribuna local (por el polémico arbitraje de Madorran), el festejo de Gimnasia y la bronca de Estudiantes en imágenes que quedaron grabadas en una tarde de locos.

 

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