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Marco de la O: “Si mañana me llaman para hacer otro narcotraficante, diré que no”

El actor mexicano que interpretó a “El Chapo” Guzmán en la serie de Netflix llegó al país para filmar “Mete miedo”, un thriller sobrenatural que es parte de su búsqueda por encontrar nuevos desafíos y “no encasillarme”

Marco de la O: “Si mañana me llaman para hacer otro narcotraficante, diré que no”

Marco de la O en el papel que lo hizo famoso: “El Chapo” Guzmán

Pedro Garay

Pedro Garay
pgaray@eldia.com

19 de Abril de 2021 | 02:22
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A los 38 años, la oportunidad tocó la puerta de Marco de la O: el actor mexicano llevaba una vida en el teatro, con roles esporádicos en las telenovelas de su país, cuando Univisión y Netflix lo eligieron para transformarse en Joaquín Archibaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, para la serie sobre el narcotraficante que ambas productoras pensaban realizar.

Desde aquellas tres temporadas, emitidas entre 2017 y 2019 y que pueden verse en Netflix, Marco Antonio de la O Rios se ha convertido en un codiciado actor en la siempre expansiva industria mexicana, e incluso le han tocado la puerta desde Hollywood, que lo convocó para trabajar en la última película de “Rambo”. También allí De la O se ponía el traje de criminal latino: ¿corría el peligro de quedar encasillado tras el éxito de “El Chapo”?

“No estoy preocupado: estoy ocupado”, dice al respecto De la O, en diálogo con EL DIA. “Me ocupo todos los días de hacer personajes nuevos para que la gente me conozca como Marcos de la O, el actor, y no como Marcos de la O, el que hizo El Chapo. Es un proceso, no pasa nada, tengo que ir sacudiéndome el personaje de a poco, con trabajo”.

Y en el afán de “hacer algo diferente”, el intérprete mexicano aterrizó en Argentina el mes pasado, para rodar “Mete Miedo”, película de Néstor Sánchez Sotelo con guión del platense Hernán Moyano, “un thriller sobrenatural”, define el actor, donde junto a María Abadi y Melisa Garat relata una historia de intrigas policiales, crímenes, rituales oscuros y fuerzas sobrenaturales.

“Desde que leí el guión me di cuenta que era un género que no había tocado, ni en cine ni en televisión”, explica Marco de la O los motivos por los cuáles llegó al país. También lo sedujo “darle la vuelta a lo que venía haciendo: narcotraficantes, criminales… son personajes muy bonitos, pero quería estar del lado de los buenos”, explica: De la O interpreta en “Mete miedo” a un detective que investiga una serie de casos con el mismo modus operandi junto a su compañera, y se ven envueltos en una trama sangrienta y sobrenatural.

Y lo tentaba, además, “el reto de hablar en argentino, encarnar a un porteño”, que implicaba “una construcción muy diferente” a lo que venía haciendo, porque “no solo hablan diferente, se mueven diferente, tienen una idiosincrasia diferente”.

Para aprender a hablar en porteño, De la O miró el cine de Darín y también “El Marginal”: “La vi durante mucho tiempo, repetía las palabras, ponía pausa y repetía cómo hablaba el actor. Luego me dijeron que no era la forma de hablar porteña, que era de los barrios bajos…”, se ríe. “Pero me sirvió para entender el tono”, cuenta: fue soltando la lengua, y entre el coach, el director y el resto del equipo fueron guiando al mexicano por el laberinto del acento porteño.

NUEVOS PROBLEMAS

Pero no fue esa la única dificultad para De la O en su visita al país: el rodaje comenzó justo cuando la segunda ola comenzaba a despegar, por lo que el actor vivió todo tipo de situaciones inciertas, “desde el principio: volé el mismo día que me dieron la visa de trabajo”, cuenta entre risas, y explica que por las restricciones, “con pasaporte de turista no podía entrar al país, entonces tramitaron la visa de trabajo y el día que salió, tenía el vuelo a la noche”.

Las desventuras continuaron: “Me hisopé en México, y cuando llegué había pasado lo que de los estudiantes que fueron a Cancún y volvieron con pruebas falsas. Entonces cuando llegué me dijeron que el papelito de hisopado de México no servía para nada, así que me hisoparon otra vez”, relata. Luego, vino la cuarentena, y finalmente, sí, a rodar… pero justo cuando en Argentina comenzaban a dictarse nuevas restricciones por el aumento de casos de COVID.

El rodaje respetó todos los protocolos, incluso se grabaron varias escenas con distancia, y como el equipo era chico y las locaciones principales eran dos, una casa y un hospital, terminaron creando una especie de burbuja, que les permitió seguir rodando aún cuando se dictó la imposibilidad de reunirse socialmente o salir de casa después de las 20. “Fue complicado para grabar así, pero ya la sacamos”, dice De la O, que el viernes pasado cerró su participación en el filme.

Así son los tiempos de pandemia. “Cuando esto termine la gente va a ir al cine, al teatro, como locos”, vaticina el mexicano. “Pero para el cine y el teatro ha sido muy complicada la cosa. Por ese lado, va a ser un golpe durísimo”, reconoce, aunque cuenta que, personalmente, “me ha ido bien, el año pasado fue el mejor de mi vida”.

Trabajó en “R” y “Falsa identidad”, dos series de televisión, el medio que más se benefició del encierro, impulsado por el éxito de “El Chapo”, un personaje que para De la O fue exitoso porque “se trató con delicadeza: no era una apología, tampoco querían destruirlo, estaban mostrando a un ser humano, que llora, que ríe, que comete errores. La serie quería mostrar un personaje real, y quería mostrar mucho más que el narcotráfico”.

“El Chapo” es una constante en todas las entrevistas que realiza el artista de México, pero, repite, no lo preocupa quedar “pegado”. “Y por otro lado, si señalan que ‘es el que hizo El Chapo’, algo hice bien, la gente lo recuerda. Yo tuve esa oportunidad, y la supe aprovechar. Ahora lo que me queda como actor es trabajar, seguir haciendo personajes, no encasillarme: si el día de mañana me llaman para hacer otro narcotraficante, decir no. Porque si me quedo cómodo en ese lugar, se van a cansar de mi y van a pensar que solo sé hacer El Chapo, que solo se hacer narcotraficantes”.

Claro que es difícil: tras ser llamado para “Rambo: Last Blood”, Marco de la O intenta hacerse un nombre en Hollywood, pero allí es común que a los latinos los tomen para interpretar criminales en la pantalla. Algo que al actor tampoco le preocupa tanto: “Es lo que nos toca vivir, hay que entenderlo desde ese panorama. ¿Cuántas películas de la segunda guerra mundial hemos visto? Miles. Las hay buenas y malas. Ahora hay muchas películas de narcotraficantes… porque es lo que se vive día a día, el cine es un espejo de la sociedad”, analiza.

Y cierra: “Entonces, si el cine refleja que hay narcotráfico, que los inmigrantes mueren en la frontera, que cruzan niños, antes que preguntarme por qué hay tantas películas del estilo, sería mejor preguntarse qué hace falta en las sociedades para corregir este tipo de cosas”.

 

 

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