Rodrigo Salinas y la historia de un pibe de infantiles que aún tiene un sueño pendiente

No es la primera vez que el Potro suena como refuerzo del Lobo. Por ahora es una posibilidad y la dupla ya dio el visto bueno

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La Copa de la Liga ya es pasado prácticamente para todos los equipos. La mayoría está de vacaciones, pero en esta etapa de receso, ya se piensa en los refuerzos. En Gimnasia, se busca uno o dos delanteros, pedido que desde la dirigencia no se cumplió en el libro de pases anterior, pero al parecer, ahora hay promesa de cumplir con los pedidos de la dupla.

Precisamente, desde el cuerpo y la dirigencia no se han dado a conocer nombres, solo los puestos a cubrir; sin embargo, el nombre de Rodrigo Salinas se instaló como el primero, y por ahora único.

Más allá de que Salinas pueda llegar a terminar siendo de Gimnasia, o no, el goleador nacido en Berisso tiene una relación muy particular con el Lobo, que le da un gusto especial a esta posibilidad. Ser de la Región ya le da una cercanía al protagonista, que por otro lado, no es la primera vez que suena. En mercados de pases anteriores y con distintos entrenadores trabajando en el Lobo, su nombre estuvo dando vueltas. Y no sería descabellado pensar que el hombre criado en Villa San Carlos pueda jugar en el Lobo.

Alguna vez Nicolás Mazzola y Pablo Vegetti lo lograron, por ejemplo, al nombrar dos delanteros que llegaron desde Berisso.

En el caso del Potro Salinas, además tiene una historia con Gimnasia. Por que hizo infantiles en el Lobo (llegó a los 4 años) hasta Pre-Novena. En Novena tuvo un paso por River y en Octava jugó en Gimnasia otra vez, pero hasta ahí llegó. De familia Tripera, su hermano Edgardo pasó por las divisiones juveniles albiazules, pero su sueño de llegar a la Primera quedó cerca para Rodrigo que se puso la camiseta de San Carlos.

Con 17 años se fue a probar suerte a Italia, pero no aguantó y se volvió y debió empezar de vuelta en la Villa. Mientras tanto, laburaba atendiendo en un cyber, hasta que hace 12 años tuvo una de sus grandes alegrías... El 18 de mayo de 2009 la Villa empató 1-1 el clásico ante Cambaceres con un gol suyo, y el conjunto Celeste logró el ascenso a la B, en la cancha de Gimnasia. Tuvo como compañero en ese equipo a Leandro Martini, uno de los actuales técnicos del Lobo, que lo conoce como nadie.

A partir de allí a donde fue siempre hizo goles, no importa la categoría: Godoy Cruz, Rosario Central, Unión de Santa Fe, Atlante de México, Los Andes, Chacarita, Al-Ettifaq de Arabia, Vélez, Newell’s y Deportes La Serena hasta hace poco. Hoy, a sus 34 años (cumplirá los 35 el 4 de julio venidero) y su 1,88 metro, es un delantero que está sin club y como cada vez que esto ocurrió, entrenando con sus ex compañeros de la Villa.

Su nombre es el primero que trascendió como una posibilidad, nada más que eso, y ni siquiera hubo contactos.

La realidad también indica que por estas horas son muchos los futbolistas que son ofrecidos pero no hay nada definido, y la búsqueda pasa por un zaguero central, un volante mixto, un volante ofensivo y uno o dos delanteros.

De hecho, Mariano Messera y Leandro Martini se vienen reuniendo con Gabriel Perrone, ya que juntos están con el trabajo de armado del plantel para la próxima temporada.

Es sabido que la dupla técnica quiere dos delanteros, teniendo en cuenta que Lucas Barrios no seguirá y la intención para con Nicolás Contín es cederlo a préstamo.

De ocurrir esto, quedarían como delanteros Eric Ramírez y Johan Carbonero para jugar por afuera, y los juveniles Ivo Mammini y Sebastián Cocimano como delanteros de área. Por eso, no sería descabellado pensar que lleguen dos atacantes y uno de ellos puede ser Salinas.

El mercado de pases es largo y se puede dar como no, pero aquel pibe que hace 30 años empezó a jugar a la pelota en infantiles en el Lobo, aún sueña con poder cumplir su deseo y el de toda la familia: jugar en el Bosque.

 

 

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