Feroz robo a un jubilado que se negó a entregar sus “ahorritos”

En la cuadra aseguran que debido a la gran cantidad de robos que ha sufrido ya no queda nada en la casa de la víctima. Piden asistencia

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En el barrio ya han perdido la cuenta del número de hechos de inseguridad que ha sufrido el vecino Pedro Arce, un jubilado de 83 años que en las últimas horas volvió a ser blanco de un robo en su vivienda de 90 bis, entre 21 y 22, aunque esta vez, a diferencia de los demás episodios, estuvo cargado de violencia. De lo que sí se tiene certeza en la zona es que, a raíz del accionar delictivo, en la casa de Pedro no ha quedado “absolutamente nada”.

“No tiene gas porque le han robado la garrafa primero y la cocina después. No tiene luz porque se han llevado todos los cables. Hace años ya que no tiene televisor ni radio. Lo único que le queda es la cama, un ropero viejo con alguna que otra pilcha, un par de ollas y un tacho en el que a veces prende fuego para hacer comida o calentarse” precisó un vecino que no dudó en calificar el presente de Arce como “una situación de abandono total de la que muchos se aprovechan”. Justamente, en ese marco ocurrió el último asalto que sufrió. El hecho tuvo lugar el viernes por la mañana, alrededor de las 10, cuando dos sujetos se presentaron en la puerta de la vivienda asegurando que le traían un bolsón de comida. Arce jamás se imaginó que estaba siendo embaucado y accedió a abrir la reja de su morada (ya que la puerta también se la robaron).

“Los tipos se me metieron de prepo. Eran dos, uno de unos 30 años y otro un pibito que habrá tenido 16”, señaló Pedro en diálogo con este diario. “Les pregunté ‘¿Qué pasa muchachos?’ y me dijeron ‘Nada viejo, callate nomas’. ‘Ustedes son chorros váyanse ahora mismo’ les dije y el más grande me metió una cachetada. Yo los invite a pelear. Cómo les podría tener miedo a estos dos. Hice la colimba tres años y me agarraba a piñas con tipos más grandotes que estos”, rememoró.

La actitud férrea de Arce de ofrecer resistencia a como diera lugar se entremezcló con la molestia de no haber encontrado nada de valor en la vivienda y los ladrones terminaron descargando toda su frustración en la humanidad del jubilado. “Me tiraron al piso y me dieron patadas y piñas. Me decían ‘entregá la plata, no te hagas el vivo’”, señaló Arce. Luego de varios minutos de violencia física y verbal y tras revolver toda la casa, lograron dar con un frasco con billetes. “Se llevaron 5 luquitas, es poco pero para uno es mucho. Eran mis ahorritos, los defendí hasta donde pude”, señaló.

El destino quiso que un vecino, que no suele estar en su casa a la mañana por cuestiones laboralres, alcanzara a notar que Pedro se encontraba tirado. “Llamé a la ambulancia pero me dijeron que no lo podían llevar al hospital. Estaba con toda la cara ensangrentada y con hematomas. Así que lo tuve que llevar yo a una salita para que lo revisaran”, indicó el frentista.

Al mismo tiempo destacó que “sería bueno que el Municipio tome nota de la situación” porque, además de estar continuamente a merced de la delincuencia, “se alimenta mal y pasa frío”. “Sabemos que no tiene familia. Está sólo en el mundo. Queremos que hagan algo por él, que tenga una vejez digna. Los vecinos acá no podemos ayudarlo más. A veces le traemos un pedazo de pan y un vaso de leche”, pidió.

 

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