Caso Maradona: arrancan las indagatorias a los siete imputados por la muerte del ídolo

Los acusan de “homicidio simple con dolo eventual”. Los primeros en desfilar ante los fiscales serán los enfermeros y su supervisor

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Los fiscales que investigan la muerte de Diego Armando Maradona comenzarán mañana a tomar las primeras indagatorias a los dos enfermeros que cuidaron en sus últimas horas de vida al ex astro futbolístico y a su supervisor, tres de los siete imputados por “homicidio simple con dolo eventual”, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Ricardo Omar Almirón, Dahiana Gisella Madrid y Mariano Ariel Perroni, todos ellos empleados de la empresa “Medidom”, tercerizada por la prepaga Swiss Medical para el cuidado domiciliario de Maradona en la casa del country San Andrés de Tigre donde había sido trasladado para una supuesta internación domiciliaria y donde falleció el pasado 25 de noviembre. Las indagatorias serán en la sede de la Fiscalía General de San Isidro, en la calle Acassuso 476, y estarán a cargo del equipo de tres fiscales que firma la causa: Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra.

Uno de los acusados es Ricardo Omar Almirón (38), quien cuidaba a Maradona durante la noche y madrugada. Será el primero en ser indagado el lunes a las 12, asistido por el defensor Franco Chiarelli.

Le imputan no haber asistido a Diego “los días 24 y 25 de noviembre de 2020, a sabiendas de su delicada situación y con conocimiento de que muy probablemente tal omisión llevaría al desenlace fatal que finalmente ocurrió”.

“En clara complicidad con la finalidad delictiva del plan que ejecutaban los restantes imputados, realizaron chequeos y/o revisaciones deficitarias, ya sea porque no los hacían debidamente o bien porque omitían siquiera ingresar en la habitación”, le imputaron los fiscales. También, que “fueron los últimos dentro de un deficiente esquema de atención que tuvieron contacto directo con la víctima, cuando ya había comenzado el período agónico previo al deceso, datado al menos, 12 horas antes del fallecimiento”. El declaró, por su lado, que fue la última persona en ver a Diego con vida, cuando a las 6.30 de aquel 25 de noviembre, antes del cambio de guardia con la otra enfermera, fue a la habitación y lo notó “durmiendo y respirando normalmente”. Reconoció que esa mañana se acercó pero no controló los signos vitales porque según dijo: “Diego no quería que lo molestemos”. Explicó que los primeros días se hacían controles “cada dos horas” pero “Diego se perturbó” por esa situación y luego dejaron de hacerse con esa frecuencia.

Almirón criticó las condiciones de la internación domiciliaria en la que trabajaba, al señalar: “En ningún momento nos indicaron que era un paciente con afecciones cardíacas, nunca vi una epicrisis donde observar sus antecedentes. Solo nos dieron la indicación de la Dra. Agustina (Cosachov) y que básicamente era suministrar medicación psiquiátrica”.

Otra de las imputadas es Dahiana Gisela Madrid (36), enfermera del turno mañana y tarde. Será indagada el miércoles 2 de junio a las 12. Su abogado es Rodolfo Baqué.

Enfrenta los mismos cargos que su colega Almirón. Al declarar como testigo contó que aquella mañana no ingresó a la habitación de Maradona para dejarlo descansar porque sabía que al mediodía venían la psiquiatra y el psicólogo, y relató cómo ella misma encabezó las maniobras de RCP que fueron infructuosas.

Los fiscales la volvieron a citar cuando descubrieron que había escrito un informe para la empresa “Medidom” en el que constaba que aquella mañana había intentado controlar a Maradona y que él se había negado. En esa segunda testimonial reconoció que ese informe era trucho y que lo hizo por pedido de su supervisor, Mariano Perroni (40).

Este es el tercer imputado que será indagado. Era el coordinador de enfermeros de la empresa “Medidom” y Miguel Ángel Pierri lo asiste como defensor. Le imputan que “teniendo pleno conocimiento de lo que se hacía y de lo que no, en especial del manejo de los enfermeros para con el paciente, completó las planillas de las correspondientes atenciones, omitiendo plasmar sus asientos de forma completa y adecuada, consignando deliberadamente información que no se condecía con el real estado y atención médica que Diego Armando Maradona recibía”.

Como testigo, se desligó de la atención del ex futbolista, aclaró que nunca fue a la casa de la internación domiciliaria y explicó que sus tareas eran la de “llevar el presentismo, solicitar informes de cambio de guardia y todas cuestiones atinentes a la organización administrativa de personal”.

Sobre cuál era el estado de salud de Maradona en los días previos al fallecimiento, respondió que “tenía días que estaba bien y otros mal y que era muy fluctuante en su estado de ánimo”.

 

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