Cuatro polichorros meten miedo a una familia de quinteros y huyen con dinero
Edición Impresa | 30 de Junio de 2021 | 01:52

La violencia de la que los quinteros de la Zona Oeste suelen ser víctimas, se trasladó ahora a los trabajadores rurales de Arana con un hecho calificado como “robo agravado” por las autoridades y que dejó a dos hombres con heridas leves. Lo particular del atraco es la modalidad con la que se llevó a cabo, ya que los delincuentes ingresaron al inmueble utilizando una táctica de la Policía, para luego hacer claras sus verdaderas intenciones.
Fuentes oficiales informaron que el episodio ocurrió ayer por la madrugada en una propiedad situada en 160 y 603, donde los damnificados, de 37 y 42 años, fueron sorprendidos por la banda.
Según revelaron los voceros, cerca de las 6.30 de la mañana un llamado al 911 alertó de lo sucedido y personal del Comando de Patrullas La Plata se dirigió con un móvil al lugar. Allí se encontró con uno de los denunciantes, quien refirió que estaba “descansando en su domicilio” cuando lo despertaron los gritos de “¡Policía!” y el estruendo de la puerta de entrada al romperse.
Cuatro desconocidos, todos encapuchados y con armas, entraron a las habitaciones de la casa en busca de sus moradores. Primero dieron con César Arnaldo, el menor de los damnificados. Lo redujeron a golpes y empujones, le ataron las manos con alambre de fardo y, para que no se resistiera, le dieron un culatazo con una pistola.
Luego fueron por Milton, cuñado de César y que vive en una casilla en el mismo predio. Por la fuerza, lo trasladaron hasta la casa próxima. Con los dos amarrados y heridos, comenzaron a exigirles dinero. Querían “los dólares”.
La situación se puso cada vez más tensa cuando las respuestas no eran las que esperaban los malvivientes. Finalmente se hicieron con un monto no determinado de billetes y huyeron.
Conforme señalaron los portavoces consultados, mientras los agentes contuvieron a los dos quinteros los peritos trabajaron en la escena. En tanto, los investigadores buscaban testigos y cámaras de seguridad privadas y públicas para identificar a los autores del asalto.
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