Cansados de respirar polvo, vecinos otra vez en guardia por la “lluvia” de carbón de coque
Edición Impresa | 11 de Julio de 2021 | 03:22

Cansados de vivir bajo lo que describen como “una lluvia de coque”, vecinos de la Región volvieron a reclamar ayer controles a una industria de la zona -Copetro- a la que atribuyen las emanaciones que, denuncian, no solo causan trastornos sino que provocarían afecciones a la salud de la población.
Se trata de una pelea tan antigua como la empresa misma, que llegó al país en 1978 pero que comenzó a funcionar en 1983, convirtiéndose en la primera productora de coque, un subproducto de la refinación de petróleo que se utiliza como combustible en la industria metalúrgica y que, en gran parte, se exporta. Pero en las últimas semanas, según denunciaron diferentes vecinos, los inconvenientes se agravaron y dijeron estar hartos de respirar el “polvillo tóxico”.
Uno de los que puso el grito en el cielo fue Néstor Flammini, quien fue tajante: “Para el hollín no hay vacuna”, remarcó. El vecino de la calle 25 de Mayo 254 en Ensenada denunció que “desde hace muchos años venimos reclamando infructuosamente por la contaminación con el hollín que arroja al ambiente Copetro en Ensenada” y advirtió que “en estos últimos días fue tremendo, alfombras negras en toda la ciudad”.
El vecino ensenadense lamentó que “hablamos de cuidar el medio ambiente y nadie ve como nos están matando. Los patios y terrazas se baldean pero los bronquios y pulmones no. ¿Qué esperamos, un milagro?”, se preguntó, indignado.
No fue el único. “¿Hasta cuándo tendremos que aguantar el carbón de Copetro?”, se preguntó Eugenio Pomirko, de la calle Quintana y Sarmiento. El vecino, que envió fotos del hollín en el patio de su casa, dijo que “la gente de Medio Ambiente” labra actas y después “no pasa nada”.
También en zonas de Berisso la presencia de hollín en ropa, plantas y domicilios de diferentes puntos se hizo patente en las {ultimas semanas.
En el transcurso de los últimos días también se multiplicaron las publicaciones en el grupo de Facebook que nuclea a los vecinos autoconvocados de Berisso y Ensenada. Allí casi a diario los damnificados suben fotos y videos del carbón de coque que se acumula en patios, veredas o cubre los autos.
En este contexto, según publicó el diario El Mundo de Berisso ingresó días atrás al cuerpo deliberativo de esa ciudad un proyecto de Comunicación para que el Ejecutivo intervenga intentando poner fin al problema.
“Estamos naturalizando algo que no debería pasar y que nos perjudica, muy a pesar de los informes y descargos de la empresa que indican que no es tóxico, es inerte, indisoluble y no reacciona con el agua”, puntualizó el concejal Claudio Topich del bloque Juntos por el Cambio, tras ingresar el proyecto al Cuerpo, según publicó el diario de la vecina ciudad.
El objetivo, según se difundió, es que autoridades del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) “realicen controles eficientes para poner fin a un problema cuya evidencia está a los ojos de todos”.
“Es un tema que nunca se resuelve, a pesar de históricos y permanentes pedidos de vecinos y ambientalistas y de las acciones encaradas por el Ejecutivo y el Concejo local de casi todas las gestiones”, expresó el edil, según las declaraciones que difundió El Mundo.
Los primeros reclamos vecinales, por contaminación del medio ambiente -que alcanzaron la instancia judicial- comenzaron en 1982, cuando distintos frentistas comenzaron a denunciar problemas en su salud que vincularon a “nubes de hollín que se desprenden de la fábrica”. Llegaron a plantearse más de 150 demandas contra la firma.
“Cuando el viento cambia empieza nuevamente la lucha con este polvo. Ojos rojos, narices tapadas, congestión, dolor de garganta, manos sucias, son todos síntomas que sufren los vecinos ante cada vendaval”, se ha denunciado desde el Barrio Campamento.
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