Boca, con la cabeza puesta en el cruce copero, arrancó con un empate
Edición Impresa | 17 de Julio de 2021 | 02:42

Boca comenzó el torneo doméstico con una igualdad. Anoche, en el estadio 15 de Abril, igualó 1-1 con Unión, que en el balance, mereció mejor suerte. Agustín Obando abrió la cuenta para el Xeneize, en el primer tiempo. Pero en la parte final, Fernando Márquez puso las cosas en su lugar.
Boca, con una formación completamente alternativa y con el debut de Valentín Barco (ver aparte), redondeó un primer tiempo aceptable. Hubo acople táctico, buena circulación de pelota, a partir de la movilidad de Obando, y bien firmes en ataque con Vázquez y Orsini.
Unión tuvo algunas dificultades para acomodarse en el campo de juego, porque se vio sorprendido por la presión que ejercieron en el mediocampo Campuzano y el pibe Molinas. Por eso, se excedió en los pelotazos frontales buscando lastimar.
En la primera jugada clara, Boca encuentra el gol. Barco (de buen partido) se proyecta por izquierda, se apoya en Campuzano; el colombiano que asiste a Obando, que entrando por izquierda, le cruza el remate a Moyano. Boca, a partir del gol, se afirmó en lo colectivo. Mientras que el Tatengue no encontró los espacios para imponer su juego.
Después de la media hora de juego, el equipo local logró una mejoría en su juego, a partir del adelantamiento de los volantes. Esa iniciativa le permitió ahogar a los volantes de Boca, que ya no tuvieron la misma consistencia respecto de los primeros minutos.
Unión, de a poco, fue generando algunas chances importantes. La primera, con un cabezazo de Portillo que respondió bien parado Javier García. Y luego, una corrida de Comas, el centro atrás y el remate cruzado de Cordero. Boca, a pesar de haber pasado algunos sobresaltos, se mantuvo siempre con su postura. Y cada vez que logró atacar lo hizo con criterio. Orsini, se bancó todo lo que le tiraron; mientras que el juvenil Vázquez no gravitó demasiado, aunque fue un peligro permanente en el juego aéreo.
ENCONTRÓ EL PREMIO
Unión salió con mayor determinación a jugar la parte complementaria. El Vasco Azconzábal, el técnico, ordenó el adelantamiento de sus líneas porque se dio cuenta que Boca ya no era el mismo. Qué el equipo tenía que aprovechar ese momento para cambiar la historia.
Y así fue que el Tatengue se hizo rápidamente de la pelota, con Gastón González y Cañete; y además, comenzó a encontrar espacios para lastimar. Los laterales empezaron a proyectarse con mayor insistencia, y Javier García comenzó a convertirse en la figura de Boca.
De a poco, Unión empezó a hacer méritos para empatar. Primero puso en aprietos a la defensa boquense con un cabezazo de Juan Manuel García. Después, con un bombazo desde afuera del área de Portillo.
Boca, a esa altura, se terminó por desdibujar definitivamente. Perdió claridad en su juego, solidez en defensa y en ofensiva, aportó poco y nada. Russo movió algunas piezas. Mandó a la cancha a Pavón, Weigandt y Medina en busca de mayor frescura, pero las variantes no le pudieron cambiar la cara al equipo. Unión, mientras tanto, siguió inclinando la cancha a su favor, y después de tanto insistir, encontró el empate.
Desborde por la derecha de Machuca, dentro al corazón del área y Márquez, entrando sin marca, sacó un preciso cabezazo que se coló en el ángulo izquierdo de Javier García. Boca se aferró al empate, mientras que el Tatengue no se conformó. Volcó toda la carne en el asador, lo puso contra las cuerdas al rival y estuvo muy cerca de ponerlo nocaut.
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