Los repartidores, sin tregua por ladrones que continúan atacando con violencia

En 18 entre 37 y 38, a un joven que fue a entregar un pedido le dieron un culatazo en la cabeza y le robaron. Otra denuncia en 68 y 119

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Lo que hace poco aparecía como una modalidad delictiva incipiente, con el tiempo se consolidó como una variante de amplia incidencia en la Ciudad: el asalto con violencia extrema a motoqueros y ciclistas que se encargan de servicios de delivery en la Región.

Algunos de estos ataques terminaron con repartidores baleados o apuñalados, que obligaron a extensas internaciones hospitalarias.

Otra circunstancia de la modalidad profundiza el temor entre los repartidores: por lo general, no ofrecen resistencia al ser abordados por los ladrones.

Así y todo, igualmente suelen ser agredidos físicamente, más allá del despojo de billeteras, celulares y hasta de la moto o bicicleta con las que se movilizan.

Ayer se conocieron dos nuevos casos que acrecentaron la preocupación en el sector.

Hacia el final de la noche del lunes, en 18 entre 37 y 38, un repartidor estaba por sacar el pedido de la caja de su moto, para entregarlo a un cliente de un edificio. No llegó a advertir que entre las sombras de la noche, corrían dos ladrones hacia él.

Como lo refleja el video de una cámara de seguridad de la cuadra, uno de los asaltantes le apuntó enseguida con un arma de fuego y luego le aplicó un culatazo en la cabeza, que lo dejó dolorido y aturdido.

Eso, pese a que la víctima reaccionó en forma instantánea, mostrando que no resistiría el ataque: se alejó de la moto y se agachó hasta quedar sentado en el piso, al borde del cordón de la calzada.

Ya reducido, entonces le sustrajeron la moto del reparto, dinero y un celular.

Los delincuentes intentaron poner en marcha el rodado, pero escaparon empujándolo.

En tanto, a través de un grupo vecinal de El Mondongo se denunció ayer que otro repartidor sufrió el robo de la moto, en 68 entre 119 y bulevar 84.

Se indicó que los ladrones también eran dos, se desplazaban en una moto Honda Wave de color rojo y que, tras apuntarle a la altura de la cabeza, también le arrebataron el celular.

Al igual que en el ataque en La Loma, los motochorros que actuaron en El Mondongo consiguieron darse a la fuga.

El fenómeno del delito llegó al extremo de reportarse ladrones camuflados como repartidores, con la finalidad de pasar desapercibidos para atacar.

En este contexto, se creó un sistema de alerta para que los verdaderos repartidores comuniquen desde la calle cuando se produce un delito. La herramienta fue una aplicación más para las redes de contactos que sostienen. Ahora, esos mensajes corren hacia referentes del sector en contacto directo con la Policía.

 

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