Una policía dejaba a su hijo en la casa de la niñera y quedaron a merced de 4 encapuchados
Edición Impresa | 9 de Julio de 2021 | 03:01

Como tantas otras veces, a temprana hora de la mañana de ayer, una mujer policía que trabaja en la comisaría de Villa Elisa llegó en su auto a una casa de esa localidad, para dejar a su hijo de 2 años al cuidado de una niñera. Una escena de rutina.
En eso estaban sus protagonistas, pasadas las 8 de la mañana de ayer, cuando un Volkswagen Fox de color rojo estacionó en esa cuadra de la calle 55, en el casco urbano de Villa Elisa. En cuestión de segundos la rutina trocó en desconcierto, con cuatro hombres que bajaron de golpe con armas de fuego en sus manos.
Rápidamente se dirigieron hacia la puerta de la casa de la niñera, donde ésta conversaba con la joven policía, para amenazarlas con los gestos y las palabras, de modo de forzarlas a entrar en la vivienda con ellos.
Ajenos a lo que sucedía, el hijo y la madre de la niñera, de 22 y 73 años, respectivamente, dormían en sus habitaciones.
UN CULATAZO Y GRITOS
Pocas horas después de ocurrido este nuevo episodio de inseguridad en esa zona de la Ciudad, la niñera accedió a hablar de ello con este diario, a condición de no ser identificada.
Recordó que la odisea arrancó a las 8.10 de la mañana de ayer, cuando estaba recibiendo al nene de 2 años que dejan a su cuidado y llegaron cuatro ladrones que, según pudo saber EL DIA de fuentes policiales, portaban armas de fuego largas y cortas.
“A la madre del nene y a mi nos metieron dentro de casa y cuando supieron que mi hijo de 22 años y mi madre estaban durmiendo, fueron a los dormitorios para que se despertaran. A mi hijo enseguida le dieron un culatazo en la cabeza, aunque no se resistió, y a mi mamá no la golpearon. Pero del susto gritó bastante”, relató la mujer. Consultada sobre lo sustraído por la banda, detalló que “se fueron con el televisor, la notebook, cinco celulares y con el auto de la madre del nene”, un Renault Sandero.
“AGRADEZCO ESTAR VIVOS”
Paralizada por el miedo que le causó ver en su casa a tantos delincuentes con armas, horas después del asalto, la niñera repitió más de una vez, visiblemente angustiada: “Agradezco estar vivos”.
Enseguida amplió: “Fueron cinco minutos de terror, pese a que ellos (por los asaltantes) se mostraban tranquilos y seguros de lo que hacían. Aunque el único que hablaba era el que se quedó en la entrada de casa, pero del lado de adentro”.
Otro foco de tensión se produjo cuando la banda insistía en reclamar dinero, porque, pese a revisar bastante en busca de posibles escondites, “no encontraron nada”, confirmó la víctima.
Asimismo, la niñera reconoció que “me puse mal cuando supe que le habían dado un culatazo en la cabeza a mi hijo y al escuchar a mamá que gritaba asustada en su habitación”.
“Por eso -continuó- les pedí por favor (a los asaltantes) que no le hicieran nada y que la trajeran al comedor conmigo. Por suerte, me hicieron caso”.
Testigos que vieron a los ladrones huir en el Fox rojo, los describieron como “de 20 a 30 años, bien vestidos y con barbijos”.
¿ERAN LOS MISMOS?
En el barrio de esta entradera, hubo quienes expresaron sin tapujos su temor por otros dos asaltos que se registraron en los primeros días de esta semana.
Consignaron que ambos ocurrieron en Camino Centenario y 54, en un almacén y en un kiosco. Se aseguró que en el almacén fueron también con un auto rojo.
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