La ataron con alambre y amenazaron con cortarle los dedos en un feroz asalto

Luego de envenenar al perro de la familia, cinco ladrones encapuchados y armados irrumpieron en una vivienda. Fue por la madrugada, mientras dormían una mujer y sus hijas. Se llevaron 90 mil pesos, una moto y las ollas

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Una familia dedicada a la actividad agrícola se convirtió ayer en víctima de un violento asalto y pasó a engrosar la extensa lista de productores que han corrido la misma suerte. Si bien en esta oportunidad el hecho tuvo lugar en un sector urbano de Abasto, 183 y 37, el delito, en sí, fue prácticamente un calco de los atracos que suelen cometerse en las propiedades de la zona rural, puntualmente en el cordón fruti hortícola de la Región.

No faltó casi ninguno de los distintivos de la modalidad que tiene como principal blanco a quienes labran la tierra en la periferia. Envenenamiento de perros, un grupo de más de tres integrantes con jerarquía y división de tareas, capuchas y vestuario negro, armas de grueso calibre y sesiones de terror con simulaciones de mutilación.

Todo aquello formó parte de una dantesca escena que concluyó para los damnificados con severas pérdidas materiales y con una sensación de intranquilidad mayúscula por la posibilidad de que, en el futuro, se vuelva a repetir la misma situación.

Según reveló la víctima del asalto, el reloj marcaba las 2 de la madrugada cuando al menos cinco individuos encapuchados y armados irrumpieron en su hogar.

Por largas horas había estado esperando a su marido que debía regresar de una finca cercana pero el sueño la venció y terminó optando por ir a descansar junto a sus hijas de 8 y 5 años.

Se calcula que los asaltantes se presentaron alrededor de la una de la madrugada.

El plan para ingresar contemplaba primero el envenenamiento del dogo argentino que custodiaba la propiedad.

Para ello utilizaron alitas de pollo embebidas con una sustancia tóxica. Así se desprende de los restos que el propietario halló esparcidos en su patio. “Es muy doloroso porque formaba parte de nuestra familia. Es una pérdida muy grande” confesó la dueña de casa, quien pidió reservar su identidad.

Con el perro desplomado y agonizando, los sujetos saltaron el paredón y rompieron a patadas la puerta para abrirse paso. “Lo primero que me dijeron fue ‘venimos a buscar la plata’ y me preguntaron ‘¿dónde tenés la llave de la camioneta’”, relató a este diario la víctima sobre cómo fue el primer contacto con los violentos asaltantes.

“Uno, me mostró un arma y me exigió que me quedara callada. ‘Si no te callás, te pego un tiro en la cabeza”, detalló. La situación tuvo un pico de tensión extrema cuando su hija despertó y se encontró con el grupo de desconocidos. “Se levantó asustada y empezó a gritar y me advirtieron que la callara o le iban a meter un tiro”, precisó.

Una vez que lograron neutralizar a la dueña de casa, los individuos comenzaron a cargar cuanto objeto de valor había en la casa. Entre eso, 90 mil pesos. “Se llevaron unos ahorros que tenía. Cargaron todos los electrodomésticos, una moto y hasta una serie de accesorios de coiffeur que tenía porque estaba preparando todo para abrir mi peluquería. Se llevaron mis ollas Essen, mercadería y hasta las garrafas”, rememoró con tristeza.

La víctima no pudo contener sus lágrimas al recordar el momento de terror que vivió cuando los ladrones le ataron las manos con alambre para luego simular en reiteradas ocasiones la mutilación de sus dedos. “Lo que más lamento es que todo eso sucedió frente a mis hijas. Será difícil que se olviden”, le dijo a este diario el marido de la víctima.

“Lo que más lamento es que todo eso sucedió frente a mis hijas. Será difícil que se olviden”

José Luis, damnificado

 

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