Humo y sangre, la vuelta del extremismo

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Las mortales explosiones en el aeropuerto de Kabul el jueves provocaron pánico entre los afganos que se concentraban en el exterior del recinto con la esperanza de escapar del régimen talibán que tomó el control de Afganistán.

Un denso humo se elevó al cielo mientras afganos con las ropas empapadas de sangre intentaban huir del lugar del atentado. En las redes sociales se pudo ver a un niño aferrado al brazo de un hombre con una herida en la cabeza. “Sobrevivientes, cuerpos y trozos de carne fueron echados a un canal cercano” describió un testigo presencial, Milad.

“Cuando la gente escuchó la explosión fue el pánico. Los talibanes empezaron a disparar al aire para dispersar a la gente”, añadió un segundo testigo. “Vi a un hombre corriendo con un bebé herido en sus brazos”. Este hombre aseguró que en la confusión perdió todos los documentos que le hubieran permitido abordar un vuelo con su mujer y tres hijos. “No quiero volver al aeropuerto nunca más. Maldito sea Estados Unidos, su evacuación y sus visados”, exclamó. (AFP)

 

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