“Con un kilo de harina”: una receta rica en vivencias y emociones

Amor, dolor, esperanza y nostalgia se amasan en el nuevo espectáculo de la Compañía de Fernán Cardama

Edición Impresa

Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

vbruno@eldia.com

Son muchas las cosas que se pueden hacer con un kilo de harina -seis pizzas, cien panqueques, ciento veinticuatro sorrentinos y engrudo para cuatro cabezas de títeres- pero lo que seguro nadie diría, si fuese desafiado a tirar ejemplos al azar, es que con un kilo de harina se podría hacer una obra de objetos, títeres y actuación. Pero sí.

Apenas un metro cuadrado -o tal vez dos- le bastan a la Compañía de Fernán Cardama para hacer viajar al público por una historia universal donde el desarraigo se amasa con la esperanza, se sazona con amor pero también con dolor y se hornea a fuego lento entre la emoción y la nostalgia.

Porque si bien “Con un kilo de harina” nos presenta la historia familiar que comenzó con Giuseppe, un inmigrante italiano que a los 15 años y sin un peso en el bolsillo, viajó durante 45 años en barco para llegar a Argentina, una tierra que ofrecía oportunidades para todos por igual, también nos cuenta un poco la historia todos.

El actor, director y pedagogo teatral Fernán Cardama se apropia de una mesada de madera sobre la que sucede la magia. Ingredientes y utensilios son los únicos -y maravillosos- elementos escenográficos a su disposición que, de la mano de un texto tan rico en detalles que nos siguen referenciando al “corazón del hogar”, le sirven a él para ir cocinando su historia, y al público para animarse a volar desde la imaginación.

Como una cebolla, sobre esa mesada se va contado en capas la historia inconclusa de tres generaciones; una cebolla que se cocina caramelizada, con sus relatos de amor y reencuentros familiares alrededor de las pastas; pero que también puede mostrar su esencia más ácida con un titiritero que puede arrastrarnos hacia la oscuridad mientras juega con una tetera, un par de latas, un rallador y un termo de acero.

En este paseo por las emociones, los sonidos y las músicas, al igual que la iluminación, otorgan el marco perfecto para que el juego teatral entre en escena, con un público que cae rendido al código, comprendiendo de entrada que los títeres no son sólo cosa de chicos.

Podríamos contar que un repasador se transforma en un mar o que un limón se asoma como el sol pero no sería ni parecido a verlo con ojos y sentidos propios. Por eso el teatro es presencial y es tan bienvenido su retorno.

“Con un kilo de harina, que se estrenó oficialmente en agosto en el International Puppet Fringe de New York, nos habla de los que echaron raíces en diferentes rincones del mundo, para decirnos que todos somos eso: un poquito de aquí y otro poquito de allá.

Tan descriptivo y lleno de imágenes y sabores, el texto se enriquece con sus grandes partes de verdad, porque si bien tiene su ficción, la mayor parte de la historia que se amasa en esa tabla está basada en la propia historia familiar de Fernán Cardama, un nieto de inmigrantes que de adolescente emigró a Madrid, en donde además de conocer a su gran amor -“Lu” Reynal Machado, su socia arriba y abajo de los escenarios- también conoció el amor por los títeres, alrededor de los cuales ha construido su vida.

A caballo entre España y Argentina, aunque con raíces fuertes en La Plata, en donde su hijo pudo entender por cuenta propia sobre esos valores y sentidos de pertenencia sobre los que sus padres hablan en la obra, la Compañía de Fernán Cardama fue creada en 2003 en Alcalá la Real, Jaén, y, desde entonces, sus obras han recorrido el mundo. Entre sus propuestas más elogiadas se encuentran “Sopa de estrellas”, “Historias de media suela” y, entre otras, “La vuelta al mundo en ochenta días”, todas caracterizadas por explorar diferentes formas de expresión a partir de la relación entre la actuación, el teatro de objetos y los títeres.

“Con un kilo de harina” se ofrece a la gorra todos los viernes a las 21 en el Centro Cultural La Macacha, 69 entre 25 y 26, en donde, tras la función, al público lo esperan pizzas recién salidas del horno, listas, cómo diría Giuseppe, para ¡mangiare!

 

Ficha artística

Idea: Fernán Cardama

Dirección: Claudio Hochman y Carlos Piñero

Texto original: Claudio Hochman

Adaptación: Claudio Hochman, Carlos Piñero y Fernán Cardama.

Producción: Luciana Reyna Machado

Música original: Alberto Becucci

Diseño y realización de escenografía, Títeres y Objetos: Maira Revollo

Adaptación musical: Rubén “El Flaco” Kavanagh

Diseño de luces: Compañía Fernán Cardama

Fotografía: Paolo Columbro

Video: Tomás Saralegui

Asistencia: Luciana Reynal Machado

 

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