Guzmán resiste los embates de Cristina, Máximo y La Cámpora

El presidente del bloque de Diputados del Frente de Todos es el principal "enemigo" del ministro de Economía

Después que la propia Cristina Kirchner le dijera que no había pedido su desplazamiento, Martín Guzmán sigue dando una batalla puertas adentro del oficialismo.

No es la vicepresidenta la que que lo ataca, pero sí alguien de peso en el Frente de Todos: Máximo Kirchner. El presidente del bloque de Diputados del oficialismo es quien insiste con la necesidad de que Guzmán deje el ministerio de Economía. Máximo y La Cámpora.

Sin embargo, Guzmán ya mostró que está decidido a dar pelea cuando esta semana salió al cruce de los dichos de Cristina en la fulminante carta de la semana pasada y hasta la corrigió al decir que el déficit bajó, pero que el gasto era expansivo, algo contrario a lo asegurado por la titular del Senado.

Los reiterados pedidos del líder de La Cámpora esta vez se encontraron con la resistencia de Alberto Fernández y Cristina, quienes coincidieron en que una salida del titular del Palacio de Hacienda hubiera sido echarle combustible al incendio desatado en el oficialismo por la confrontación derivada de la derrota en las PASO.

Guzmán, además, contó con dos respaldos no menores. Por un lado, hubo hombres de negocios que lo bancaron impulsados por el temor de quién podría sucederlo. Por el otro, se sabe que cuenta con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), en especial de su presidenta Kristalina Georgieva, quien lo considera un interlocutor confiable con la Casa Rosada, nada menos que en tiempos en los que se sigue renegociando la deuda.

Dicen que Guzmán moderó su postura después de haber hablado con Cristina, porque hasta ese momento estaba lanzado a hacerle frente como fuera al kirchnerismo y, si era necesario, hasta romper con ese sector del oficialismo.

Todo esto mientras el fuego de la confrontación pública de Alberto y Cristina no aflojaba. Por el contrario, ambos protagonistas sumaban capítulos a un escenario de conflicto institucional.

En simultáneo, se abría otro foco en el Frente de Todos, puntualmente con Axel Kicillof. Hubo descontento con el gobernador por la derrota en la provincia de Buenos Aires y se lo hicieron saber. A tal punto que debió viajar a Santa Cruz, donde se enteró que debía hacer cambios en el gabinete, algo que no tenía pensado. Y uno de los que salieron fue el jefe de Gabinete bonaerense Carlos Bianco, desplazado a jefe de asesores.

En su lugar fue designado Martín Insaurralde, uno de los dos intendentes que esta semana se sumaron al gobierno provincial. No son pocos los que leen esta movida como un triunfo de Máximo Kirchner sobre Kicillof y un avance de La Cámpora.

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