Piden perpetua para el enfermero juzgado por el crimen de su hijastro
Edición Impresa | 3 de Septiembre de 2021 | 03:28

La fiscal de Juicio Helena de la Cruz Orsi solicitó prisión perpetua para Hernán Rodrigo Cueto (39), el enfermero acusado de matar a golpes a su hijastro de 2 años en una casa de Villa Elvira, en 2016.
El pedido deriva de la acusación por el delito de homicidio agravado por ensañamiento y alevosía. Por su parte, el defensor oficial, Juan Manuel Fernández, pidió la absolución del acusado, al plantear que se habría tratado de un accidente, tomando los dichos del imputado, que en el juicio dijo que “el bebé se había caído de la bicicleta, cuando era trasladado por su hijo de 4 años”.
Para la fiscalía, el 12 de agosto de 2016, en una casa de 13 bis, entre 84 y 85, el imputado golpeó de manera reiterada al niño indefenso provocándole la muerte.
En forma subsidiaria, para el caso en que el Tribunal Oral en lo Criminal V de La Plata -integrado por las juezas Carmen Palacios Arias y Cecilia Sanucci, y el juez Ezequiel Medrano- pronuncie un veredicto condenatorio, la defensa alegó que el caso se encuadre como un homicidio preterintensional. Eso es: que el acusado habría tenido intención de “lastimar”, pero que por razones ajenas a su voluntad, sobrevino la muerte del pequeño.
También en subsidio, en caso de no prosperar sus planteos anteriores, requirió que se condene al enfermero por homicidio simple, al considerar que no hubo ensañamiento y tampoco alevosía. A la hora de las réplicas de los alegatos, la fiscal detalló que “la cantidad y entidad de las lesiones indicaban ensañamiento y que hubo alevosía ya que el bebé objetivamente no se podía defender y el ahora acusado sabía perfectamente que cuando le pegaba dentro su domicilio nadie intervenía, ya que lo venía haciendo”.
Con respecto al homicidio preterintencional, De la Cruz replicó que “bajo ningún aspecto se podía entender que el resultado muerte había sido ‘más allá de su intención´, con la golpiza tremenda que recibió el bebé”.
También le pidió al Tribunal, que si se llegara a condenar al acusado por “homicidio simple” la pena no podía ser menos de 25 años.
La defensa requirió que si no se llegaba a un veredicto absolutorio, que se apliquen las penas mínimas para los delitos que planteó en subsidio (tres años es por homicidio preterintencional u ocho por homicidio simple).
Al final de los alegatos, el enfermero sólo dijo que “no he matado a nadie”. En la investigación previa al juicio se reunieron elementos como para sospechar que en esa casa de 13 bis, el imputado vivía con Gonzalo Villalba (2), porque la madre del nene trabaja como empleada doméstica en el partido de Tigre y venía a La Plata los fines de semana.
Se presume que el día del hecho el enfermero llevó al pequeño al hospital de Niños, donde ingresó “sin signos vitales y con heridas cortantes; hematomas en la nariz y en los párpados; equimosis en el pene y el saco escrotal; herida cortante de vieja data, no suturada; lesiones en el dorso de las manos; múltiples hematomas en la espalda, las piernas, los nudillos y el hombro izquierdo”.
La madre declaró no haber notado una conducta agresiva de su pareja hacia el menor, “pero sí un cambio de actitud del nene en los últimos días”.
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