Uruguay debe decidir qué hacer con el águila nazi del Graf Spee

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Pesa unas tres toneladas y mide más de dos metros de altura. Es uno de los emblemas paradigmáticos del nazismo y, en consecuencia, de sus crímenes. Fue extraída del histórico buque Admiral Graf Spee, que permanece hundido en el Río de la Plata tras una batalla que formó parte de la Segunda Guerra Mundial, pero la justicia uruguaya ordenó al Estado desprenderse de la pieza. El dilema que se presenta tras la decisión es qué hacer con ella.

La mayor parte de las organizaciones de Derechos Humanos que entienden en el tema, así como Alemania (que tiene expresamente prohibida la comercialización de esta clase de elementos) como las entidades judías en el mundo, advierten que hay un riesgo de que el símbolo vaya a una subasta y circule entre fanáticos vivificando el culto al genocidio. Un tribunal de apelaciones de Uruguay ratificó el 24 de diciembre un fallo que ordena al Estado vender la escultura y entregar la mitad del dinero obtenido a los rescatistas privados, en base al contrato entre las partes. Pero ¿cómo venderlo sin caer en la referida ofensa a las víctimas del Holocausto?

La posición del gobierno es garantizar por todos los medios que de ninguna forma pueda derivar en algún tipo de culto, según explican quienes conocen el caso. Se dice también que en una subasta internacional con distintos oferentes por el águila podrían obtener unos US$50 millones.

Ariel Gelblung, director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal, una organización judía global de derechos humanos que investiga el Holocausto y el odio en contextos históricos y contemporáneos, señaló la peligrosidad de lanzar el armatoste al mercado.

Momentáneamente, la escultura nazi fue llevada a un recinto militar uruguayo mientras se decide su destino.

UNA BATALLA ÉPICA

Los objetos rescatados del fondo marino en 2006 pertenecieron, como se dijo, a un acorazado que protagonizó no sólo una violenta batalla sino la única de la Segunda Guerra que se libró frente a nuestras costas. Era el 13 de diciembre de 1939 cuando ocurrió la que sería la primera batalla naval entre Alemania y Reino Unido de la Segunda Guerra Mundial. No fue en el mar del Norte ni en otras aguas cercanas. Se produjo a 11 mil kilómetros de allí, en las costas de Uruguay, un país neutral, y fue como se dijo el único episodio de este conflicto que se localizó en América del Sur.

La Batalla del Río de la Plata, como se conoce a este combate cuyo registro fotográfico fue tomado exclusivamente por este diario, marcó un antes y un después en la vida de los uruguayos, que vivieron desde el puerto de Montevideo la agonía del acorazado Admiral Graf Spee, uno de los barcos alemanes más potentes del régimen nazi. Más de ochenta años después, los documentos y los testigos siguen recordando el eco del estallido del navío alemán.

Las fuerzas inglesas detectaron que el Graf Spee iba a ir a atacar a los mercantes que se abastecían en la zona próxima al Río de la Plata y desplegaron una estrategia para embestir e iniciar esta histórica disputa naval. La batalla se desarrolló cerca de las costas de Punta del Este (sureste de Uruguay) y los navíos implicados fueron el Graf Spee y los ingleses Exeter, Ajax y Achilles. Tras varias horas de combate y bombardeo mutuo, el buque alemán cedió antes sus tres rivales y puso rumbo hacia Montevideo para reparar sus graves daños. Los ingleses intentaron seguirlo, pero la Armada uruguaya les impidió el paso por sus aguas. El fin del fuego dio inicio a un combate diplomático en el que las embajadas de ambos países presionaron al Gobierno suramericano. El entonces presidente de Uruguay, Alfredo Baldomir, se mantuvo firme y dio 72 horas al barco alemán para que abandonara las costas uruguayas. El capitán de la nave, Hans Langsdorff, aguardó hasta el último día del plazo y, finalmente, el 17 de diciembre, hizo estallar el acorazado para que quedase hundido y evitar así que los secretos y su tecnología fueran robados. Tres días después, decidió suicidarse en Buenos Aires.

El único registro fotográfico de esa batalla en el Río de la Plata fue tomado por este diario

 

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