Las libertades públicas, en crisis por la pandemia
Edición Impresa | 7 de Enero de 2022 | 02:21

Confinamientos, pasaportes sanitarios... En dos años, la crisis del Covid-19 desencadenó una ola sin precedentes de restricciones, que significó un retroceso de las libertades públicas difícil de imaginar en los países democráticos.
“Nos habíamos acostumbrado progresivamente a una sociedad de individuos libres; somos una nación de ciudadanos solidarios”, afirmó a fines de 2020 en una entrevista en TV el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Un año después, asumía la transición hacia “una sociedad de vigilancia”.
Estas palabras, en boca del líder de una de las principales democracias del mundo, ilustran cómo la crisis sanitaria hizo que se aceptaran amplias restricciones de las libertades.
Desde el inicio de la pandemia, muchos países instauraron confinamientos o toques de queda que obligaban a sus ciudadanos a quedarse en sus casas de una forma más o menos estricta.
En 2021 apareció una nueva medida restrictiva: el pasaporte sanitario, que impone la vacunación o un test de diagnóstico negativo de Covid-19, para poder acceder a ciertos espacios como restaurantes o salas de cine. Algunos países como Francia están en proceso de endurecerlo para que se transforme en un pasaporte únicamente de vacunación.
En otros países, como Australia, se lleva a cabo una estrategia llamada “cero Covid” que, para evitar la difusión del virus, lleva a que se hagan a menudo confinamientos estrictos, así como importantes cuarentenas para las personas contagiadas.
Todas estas medidas están justificadas desde un punto de vista sanitario. Suecia, que durante mucho tiempo aplicó políticas menos drásticas, tuvo una mortalidad más alta por Covid-19 que los otros países escandinavos vecinos que sí fueron más severos.
Los países con una estrategia “cero Covid” consiguieron limitar mucho el número de muertos, aún cuando esta política ha mostrado sus límites ante la aparición de las versiones más contagiosas del virus, como las variantes Delta y Ómicron.
Al principio, estas restricciones contaban con un amplio apoyo de la población que fue cayendo con el paso del tiempo, como muestran las importantes marchas en Francia y en Países Bajos, así como algunos resultados electorales.
En Alemania, el partido liberal FDP, que al inicio de la pandemia estaba muy abajo en los sondeos, obtuvo un buen resultado en las elecciones legislativas de septiembre de 2021 tras haber defendido las libertades públicas, pese a la crisis sanitaria.
Las consecuencias de estas medidas para la democracia pueden ser duraderas, según varias organizaciones de defensa de los derechos humanos.
El retroceso de las libertades “corre el riesgo de continuar cuando se calme la crisis sanitaria, porque será difícil dar marcha atrás en las leyes y reglas impuestas”, alertaba la Ong estadounidense Freedom House, que cada año hace un informe sobre el estado de la democracia por país. Según esta entidad, la crisis sanitaria aceleró las derivas autoritarias de algunos países, como por ejemplo Sri Lanka, donde las autoridades castigaron cualquier crítica al discurso oficial sobre la pandemia, y además usaron pretextos sanitarios para atacar a la minoría musulmana. (AFP)
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