Asaltos a cualquier hora: Melchor Romero arde por la inseguridad
Edición Impresa | 1 de Octubre de 2022 | 03:17

En una amplia franja de actividad comercial de la localidad de Melchor Romero, en el oeste de la Ciudad, la inseguridad viene golpeando fuerte y con llamativa frecuencia.
Según lo que este diario pudo saber ayer en base a testimonios de dueños y empleados del lugar, el asedio delictivo se intensificó “desde hace algo más de un mes”, principalmente en la franja de 520 entre 169 y 173.
Por eso existe en el sector una manifiesta preocupación, sobre todo porque los asaltos se dan “hasta a plena luz del día y con clientes adentro”, fue el comentario realizado de manera coincidente en algunos negocios.
A esa inquietante realidad, los comerciantes le adosaron otra cuestión, que también les despierta fastidio: “Rara vez pasa un patrullero por acá. Aparece algún móvil recién cuando se avisa que hubo un robo. Cuando ya es tarde”.
“EN POCAS HORAS, DOS VECES”
Quizá el comercio de venta de ropa y calzado “El Shaddai”, situado en 520 entre 171 y 172, sea el faro de la violencia que castiga a la zona.
¿Por qué? Ferdy Murillo (18), hijo del matrimonio propietario del local, brindó la respuesta: “El martes asaltaron acá a mis padres, a las tres de la tarde. Y a las pocas horas, ya de madrugada, un delincuente también quiso meterse en el negocio. Ya había levantado un poco la persiana haciendo palanca y había roto el vidrio de la puerta de entrada. Pero por suerte mi papá se despertó, porque tenemos la casa dentro de la misma propiedad. Encendió las luces y desde adentro golpeó bastante la persiana para que se dieran cuenta que había gente. Entonces, el delincuente decidió escapar”.
Indignado, acotó que “es increíble, en pocas horas nos vinieron a robar dos veces”, lo cual refleja la impunidad con la que se manejan estos tipos por el barrio”.
En cuanto a cómo se desarrolló el asalto, el joven informó que “eran dos muchachos de entre 20 y 25 años, que sorprendieron a mis padres cuando estaban con mi hermanita, una beba de cuatro meses”.
“Los ladrones estaban armados y por eso mis padres les pidieron que tuvieran cuidado por la beba. Pero les dijeron que no se movieran o los mataban. Las cámaras del local mostraron luego que estuvieron apenas 50 segundos, en los que robaron un poco de plata, el posnet de Mercado Pago y dos buzos de River”, detalló.
El dueño de este comercio, mientras apuraba su paso hacia la calle para ir a hacer un trámite, alcanzó a mencionar que “hice la denuncia y hablé con el comisario de Romero, quejándome por la situación. Pero el comisario me dijo que mucho no podían hacer, porque no cuentan con suficiente cantidad de policías, de móviles y de otros recursos. Lo que escuchamos siempre”, reflexionó contrariado.
“NI LOS BOCINAZOS LOS FRENARON”
Caterine Coimbra (26) es dueña junto a su marido de un local de ropa que está en 520 entre 172 y 173, donde en la noche del miércoles hubo un asalto con matices muy particulares.
Al respecto, contó que “fue a las 20.05, de acuerdo a lo que pudimos ver en la filmación de nuestras cámaras. Entraron dos ladrones jóvenes, mientras estaban acá dos empleadas y el novio de una de ellas”.
Enseguida, reveló que “justo cuando entraron al negocio con mi esposo y, nuestra hijita de un año y medio, llegamos a la cuadra con el auto. Mi esposo estaba estacionado y nos dimos cuenta de que nos estaban robando. Por eso les tocamos enseguida bocina, pero ni los bocinazos insistentes los frenaron. Se llevaron igual la plata de la caja y recién ahí escaparon”.
Se quejó porque “hace tres años tenemos este negocio y es la cuarta vez que nos roban. Las anteriores habían sido escruches”.
De inmediato, se hizo eco de algunas versiones que circulan por la zona y en las que se atribuye esta escalada delictiva a integrantes de una misma banda, que además residirían en Romero.
“EN UNA SEMANA, 3 Ó 4 ROBOS”
Otro de los comerciantes damnificados por la inseguridad se llamar Omar (52), propietario de una verdulería enclavada en las calles 520 y 173.
A diferencia de los asaltantes de los locales antes mencionados, en este caso el responsable del atraco fue “un tipo de unos 30 a 35 años”.
La historia de este hecho de inseguridad también encierra una curiosa circunstancia: “El día anterior, este mismo tipo estuvo conversando conmigo en el negocio”.
La recorrida por la zona afectada por los asaltos permitió saber que “los delincuentes tienen entre 18 y 35 años” y escuchar que “faltan patrullajes”.
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