Por su lucha contra las aberraciones, Bolsonaro “se enfrenta al infierno”
Edición Impresa | 11 de Octubre de 2022 | 03:46

La senadora electa y pastora brasileña Damares Alves, una activista de la extrema derecha evangelista, afirmó que “el infierno se levantó” contra Jair Bolsonaro ante la determinación del presidente de combatir aberraciones sexuales, incluyendo violaciones de recién nacidos y tráfico de niñas a países vecinos para hacerlas ejercer la prostitución.
Alves, exministra de la Mujer, Derechos Humanos y Familia que defiende detener a médicos que practican abortos, incluyendo abortos legales, fue elegida senadora por el estado de Brasilia el 2 de octubre pasado y comenzó a viajar por el país con la primera dama, Michelle Bolsonaro, para intentar revertir el voto de los evangelistas que apoyaron en primera vuelta al líder de izquierda y candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva, rival electoral de Bolsonaro.
Lula ganó la primera vuelta de las presidenciales con 48 por ciento de los votos. Bolsonaro salió segundo con 43 por ciento, y ambos pasaron al ballotage del 30 de octubre.
“Tenemos imágenes de niñas de cuatro, tres años que cuando cruzan las fronteras secuestradas, tienen sus dientes arrancados para que no muerdan a la hora del sexo oral”, aseguró Alves anteanoche en una iglesia evangelista de la ciudad de Goiania (estado central de Goiás).
“Descubrimos que esos niños comen comida pastosa para que el intestino quede libre a la hora del sexo anal. Bolsonaro dijo que iba a luchar contra eso y el infierno se levantó”, dijo Alves, quien además se hace llamar pastora, sin presentar pruebas de sus acusaciones.
Alves, quien fue ministra de Bolsonaro hasta abril pasado, dijo que esos casos aberrantes ocurren en la isla de Marajó, en el estado amazónico de Pará, y que niños y niñas serían traficados para la prostitución en la región de frontera de Guyana y Surinam. Sin embargo, no especificó si hubo alguna acción policial contra este supuesto delito mientras fue ministra.
Al igual que la primera dama, Damares calificó la campaña hacia el ballotage como una “guerra espiritual” entre Bolsonaro y Lula. “El infierno se ha levantado contra este hombre, la guerra que trabó con la prensa, la Corte Suprema y el Congreso no es una guerra política. Es una guerra espiritual”, aseguró Damares.
Bolsonaro tiene una preferencia de 70 a 30 entre los evangelistas, que conforman el 30 por ciento del padrón electoral. Por eso, el entorno de Lula le está pidiendo que haga un gesto hacia el sector evangelista como un carta para defender la libertad religiosa y así intentar bloquear noticias falsas divulgadas por el bolsonarismo de que el líder del PT estaría vinculado al “satanismo” y planificaría cerrar iglesias.
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